El artista pide a la juventud que cultive y admire el folklore nacional, preservándolo y evitando su desaparición.
Uno de los músicos nacionales vivos más emblemáticos y reconocidos es sin duda alguna Ernesto Cavour Aramayo, quien hace pocos días recibió la máxima distinción de parte del Estado Plurinacional: el Cóndor de los Andes.
Para el eximio charanguista, esta distinción es más que eso, representa una responsabilidad para continuar con su trabajo. “No queda ahí, voy a seguir, tengo mucho en mente”, manifestó Cavour, quien recordó que su labor no sólo se ha adscrito a la interpretación del instrumento del charango, sino a tareas relacionadas con la música.
El maestro, además de componer y tocar, es un investigador, por lo que ha rescatado del olvido una variedad de instrumentos musicales, siendo un constructor de ellos o luthier, además de haber escrito una amplia variedad de textos con métodos para el aprendizaje de charango, quena, zampoña y guitarra. También escribió El Charango. Su vida, costumbres y desventuras (1988) e Instrumentos Musicales de Bolivia (1994).
Cavour tiene una trayectoria artística de 60 años y rescató algunos de sus momentos más felices, como fueron la creación del grupo Los Jairas, el haber tocado junto a Alfredo Domínguez, y ganar, en 1965, el primer premio como solista instrumental en el Primer Festival Latinoamericano del Folklore, realizado en Salta, Argentina. Destacó este último hito como un punto de quiebre para que varios conjuntos folklóricos bolivianos viajen al exterior con el objetivo de difundir la música boliviana.
En ese sentido, Cavour instó a la juventud a que valore el folklore: “Es muy rico, variado y hermoso, y está llegando a todo el mundo mediante caporales, morenadas, etc. Tomen en cuenta que tenemos instrumentos maravillosos, no los dejemos morir”, indicó.
También manifestó su deseo de que la juventud baile esa música y que los colegios aprovechen la música nacional, pues es “espiritual, humana hecha para gente como nosotros”, explicó. Sin embargo, también valoró la música actual, ya que, a su juicio, es la respuesta a “la necesidad que tiene el ser humano de hacer movimiento y alegrarse”, concluyó.
Otro de sus importantes aportes al patrimonio musical, fue la creación del Primer Museo del Charango, luego refundado como Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia; y la fundación de la Sociedad Boliviana del Charango, además de haber puesto en alto el nombre de Bolivia en el mundo, a través de su arte.
CONSERVACIÓN
Cavour quiere evitar la desaparición de instrumentos bolivianos mediante el fomento a su interpretación y a los ritmos tradicionales.
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