miércoles, 21 de agosto de 2013

Instrumentos nativos del oriente boliviano

La música es parte esencial de la vida del vallegrandino, que abarca una importante variedad de géneros musicales como el "Carnavalito", una "Vidita", una "Tonada", o un melancólico "Kaluyo". La práctica musical de los valles a través del uso de instrumentos musicales fue cambiando con los años. Según Arturo Molina, de la Unidad de Investigación Folklórica de Santa Cruz, se han adaptado a las necesidades y progresos de la región, incorporando instrumentos modernos y electrónicos, así como el acordeón. Pero desde el punto de vista tradicional los instrumentos vigentes que forman parte de la orquesta vallegrandina (Tojpina) son la guitarra, la mandolina y el charango.

Guitarra. Este instrumento de gran popularidad en toda la región, de origen español, logró adaptarse al nuevo mundo y pasó a formar parte de casi todas las expresiones musicales del continente americano. Molina en su libro "La música de los valles cruceños", explica que en esta región se utiliza la guitarra clásica, preferentemente con tres tipos de afinación: temple falso en Sol, temple normal, y temple romano. En Santa Cruz se la asocia a personajes de la historia popular como "Cañoto". Pero fundamentalmente constituye la esencia de la música de los valles, donde junto al charango y la mandolina, son la unidad que propicia el marco musical a todos los ritmos vallegrandinos, comarapeños y samaipateños.

El charango vallegrandino. Se constituye en el instrumento típico de rasgado y punteo. Según el investigador Damián Vaca Céspedes, acompaña los carnavalitos, kaluyos, viditas, salaques y tonadas. Sus orígenes se ubican en las tierras altas de Bolivia y Perú cuyo precursor la "vihuela de mano", llegó hasta la región por los colonizadores. Este instrumento inspiró la creatividad andina y originó el denominado charango. Sin embargo, el charango vallegrandino o charanguito oriental, como lo denomina la musicóloga Yolanda Cabrera, presenta características muy particulares y propias de acuerdo a la cantidad de cuerdas (6), y órdenes (4), además de la afinación y la disposición de sus cuerdas.

Mandolina vallegrandina. De origen italiano, llegó a la región traída por los españoles. La mandolina vallegrandina no ha sufrido gran cambio, su diferencia solo está en su apariencia. Su construcción es de una sola pieza de madera.

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