La característica de este disco es la adaptación de los sonidos legendarios de sicus, quenas y charangos a los tiempos actuales, los mismos que son combinados con resonancias digitales, sintetizadores y todo tipo de efectos que mantienen el espíritu y magia de la América morena y su gente.
La trayectoria musical de Kalamarka le ha servido para convertirse en el emblema de la evolución musical del folclore latinoamericano.
Su repertorio, que sigue una línea musical que destaca un compromiso social y político, es amplio y muy popular en escenarios europeos, aunque España, Israel, México y Francia se inscriben como los países de mayor aceptación de su trabajo. Rodolfo Choque y Hugo Gutiérrez, secundados por un equipo de notables músicos, afirman que mediante su trabajo los que se busca es respaldar las actuales y futuras transformaciones del país.
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