Habiendo crecido entre trompetas, baterías, taquiraris, carnavales y chobenas, Rubén Darío y su hermano Juan han sabido mantener vivo el legado de su padre no solo habiendo heredado su banda, Buri Camba Zoilo Saavedra, sino también interpretando sus canciones y apostando por la música del oriente boliviano.
Rubén Darío toca la batería desde hace 25 años y es uno de los principales impulsores de que la banda, como expresión de la música y alegría del cruceño, no se pierda con la influencia que llega con la modernidad.
Todos los años, antes de las fiestas carnavaleras, se lo ve tocando ‘puertas’ para organizar el Festival de Bandas Santa Cecilia, en el que participan las agrupaciones de la Asociación 22 de Noviembre Santa Cecilia. Este evento es una ventana para las bandas de música y para que los maestros aporten con nuevas composiciones al repertorio oriental.
Falta promoción
La banda ha sido a lo largo de la historia del Carnaval un elemento indispensable para amenizar la fiesta grande, asegura Rubén Darío cuando habla de las carnestolendas.
Por ello insiste en que las autoridades deberían promocionar más a estos grupos y reconocer a sus maestros. “Somos los principales exponentes de nuestra música, pero la mayoría de las bandas solo tienen bastante trabajo durante esta temporada. Después, muchos músicos se ven obligados a buscar otras formas de ingreso, pues hace falta mayor promoción de nuestra música y sus artistas”, dice Saavedra.
Agradece a su padre y a Dios que este no es el caso de los músicos de la banda Buri Camba Zoilo Saavedra, puesto que, al ser una agrupación conocida, tiene trabajo durante todo el año y, además, toca todos los fines de semana en el Tutumaso. Durante Carnaval toca para la comparsa Los Artistas desde hace más de 15 años.
Aunque tiene que interpretar canciones de moda porque la gente así lo pide, su grupo apuesta por las melodías compuestas por el maestro Zoilo Saavedra, como La viborita, Chabacano, Pan con fleco, Cuando muera el carnaval, El Pavito y, en alguna que otra ocasión, el Carnaval de ADN, cuando alguien así lo pide
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