El conservado físico del músico cochabambino de 20 años, no solo se debe a las rutinas de cardio en el gimnasio y su entrenamiento del arte marcial jiu-jistsu, sino también a su alimentación diaria, un licuado y un sandwich al despertar. “Como saludable”, dice Jonathan.
Sin embargo, a su paso por países foráneos para dar algún concierto, sin dudarlo rompe la dieta y se da el gusto de saborear comida rápida.
Más allá de su físico y la comida, el músico cuenta que hace un año estudia Logística y Marketing en la Universidad Privada Boliviana (UPB), aunque, con las giras, le es complicado asistir con regularidad a las clases.
“Soy el más presionadito por ser el menor, pero intento dar un 50 por ciento a la música y 50 por ciento a los estudios”, dice, a tiempo de agregar que ama lo que estudia, tanto como a sus primos.
Cuenta que por las tardes se la pasa en el estudio de grabación componiendo y perfeccionando sus habilidades para tocar uno de sus instrumentos preferidos, el ronroco, que fue creado por sus tíos Wilson y Gonzalo.
Su pasión por el ronroco ,un charango de tamaño grande, es tal que, duerme con él, revela Jonathan.
Las chicas celosas son sus preferidas
detalles Pese a que actualmente Jonathan dice estar sin novia, cuenta que su prototipo de chica es aquella que sea celosa y se preocupe por él.
Paralelamente reveló que hasta sus 12 años le gustaba dormir con un peluche que le regalaron cuando era pequeño. “Ahora solo duermo con mis instrumentos”, concluye.
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