sábado, 26 de abril de 2014

Antonio Marca, estudioso de los Andes y domador de vientos

En la casa de Antonio Marca en Achacachi, Omasuyos, nunca faltó un instrumento para tocar. Su padre era muy aficionado a la música autóctona. Antonio heredó esta pasión. No ocurrió lo mismo con sus seis hermanos. "Mi padre siempre me llamaba para que cantara con él y así fue como la música comenzó a ser parte de mi vida”, confiesa Antonio. Han pasado más de 40 años desde entonces y su balance es claro: "Sin la música no puedo vivir”.

Hasta llegar a su grupo más reciente, que fundó hace dos años, Cordillera Manta, tuvo la oportunidad de armar otros tantos. El primero, hace 25 años, era de música autóctona. Lo denominó Sangre Aymara y, con esta propuesta, él y sus compañeros lograron llenar estadios. "Hace años la música autóctona no se podía tocar en la ciudad porque había una especie de racismo interno, por lo que se limitaba a las áreas rurales”, recuerda.

El músico de vientos siente verdadera admiración por los instrumentos de carácter milenario que proceden del Altiplano: la quena quena, el pinkillo, la choquela y la tarka. Cada uno se toca según el motivo de la fiesta o el evento. Por ejemplo, la tarka suena en la época de cosecha.

"El sonido que producen los vientos es melancólico, ya que las personas de la región del Altiplano se caracterizan por el carácter melancólico, pero también son alegres en los momentos de fiestas como el Carnaval o las épocas de siembra”, cuenta.

Marca tuvo la oportunidad de incorporarse al proyecto Wilcamayo, que tenía el objetivo de realizar una profunda investigación sobre la música autóctona, "de nuestros abuelos”. El trabajo incluyó el intercambio de experiencias con los aymaras de Chile y Argentina.
"Como resultado, entre otras cosas, aprendí las distintas formas que tenían nuestros ancestros de soplar los instrumentos de viento para lograr los sonidos”, asegura Antonio.

Antes de formar parte de esta iniciativa, el músico permaneció varios años lejos de la actividad musical. "Tuve que centrarme en sacar adelante a mi familia, tengo dos hijas, con otro trabajo, porque la música no da suficientes recursos para vivir”, cuenta.

Aun así, reconoce satisfecho que siempre contó con el apoyo de su esposa Marta (también una gran aficionada a la música autóctona), a quien dedicó una kullawada en el disco que graba actualmente con Coordillera Manta. Ella también baila morenada, explica con orgullo. Así que generalmente la pareja coincide en varias fiestas y actividades.

Marca es el autor de tres temas que integran el primer disco de su grupo: una cueca, una morenada y una kullawada. "Nuestra intención es que la gente tenga referencias nuestras y nos conozca”, explica. Además ha compuesto varias morenadas, que han sido interpretadas por grupos famosos como Coca.
El intérprete y compositor afirma que nunca le han faltado motivos para crear. "Las mujeres bolivianas son mi fuente de inspiración, así como la Virgen de la Concepción, a la que le tengo mucha fe”, dice y añade que por eso fundó una fraternidad, con el nombre de morenada Hijos de Concepción.


El domador de vientos aún tiene un sueño: "Ingresar al Conservatorio para aprender profesionalmente y tocar instrumentos como el violín o la guitarra”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario