Un exhaustivo reportaje, realizado por Santiago Espinoza, Sergio de la Zerda, Leslie Lafuente, Gabriela Flores, Javier Rodríguez y Andrés Laguna, estuvo abocado a desentrañar la complejidad de este fenómeno cultural.
En marzo de 2013, el trabajo fue galardonado con el Premio Plurinacional Eduardo Abaroa al Mejor Reportaje para Prensa Escrita. Publicamos ahora una pequeña parte del mismo.
EN BUSCA DE SUS SUEÑOS
Luciendo coloridas polleras y al ritmo del huayño cumbia, jóvenes bolivianas han conquistado a un masivo público nacional e internacional, a la vez que una vida mejor. Este movimiento popular, que pasa por la reivindicación de una identidad, cobra tintes de una verdadera industria cultural.
Las Chismositas sueñan con llegar muy lejos. Primero actuaron en pequeñas fiestas de pueblo, luego en salones bailables de la ciudad y varios departamentos del país, y pronto esperan hacerlo en escenarios de Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Argentina, España y Estados Unidos.
Aunque son cuatro niñas de entre 7 a 10 años, Elieth Peña, Daeli Escóbar, Lizbeth Choque y Daniela Balanza están seguras que, con la pollera y las trenzas que visten para interpretar la cumbia huayño o la cumbia zapateado, pueden llegar alto, así como las decenas de jovencitas que ya alcanzaron la fama nacional e internacional.
El huayño cumbia, una fusión entre el huayño peruano, boliviano y variados tipos de cumbia como la villera argentina, es un fenómeno musical que ha cobrado fuerza desde el 2006, cuando en Potosí aparecieron Las Conquistadoras. Fue un grupo de jovencitas que, vistiendo polleras, peinando trenzas y zapateando al son del charango, conquistó a miles de fanáticos.
No han pasado ni cinco años de eso y hoy existen más de 300 grupos de “cholitas” acompañadas de jóvenes galanes que interpretan los instrumentos, todos viviendo de la música y disfrutando de la fama.
Esa fama es la que quieren Las Chismositas, uno de los pocos grupos infantiles de huayño cumbia del país. A su corta edad, las noveles cantantes y bailarinas dicen sentirse orgullosas de vestir polleras, aunque solo las llevan para subir al escenario.
Ellas, pero en particular sus padres, saben que la pollera y el pegajoso ritmo del huayño cumbia pueden cambiarles la vida. No es para menos. A cuatro meses de haber lanzado su primer disco con canciones recopiladas, los contratos son mayores y el costo por actuación ya subió de Bs 1.500 a 2.000.
Las Chismositas y Los Pingüinos del Huayño, jóvenes que las acompañan con instrumentos, solo son principiantes. El verdadero estrellato ya lo tienen Las Consentidas, Las Sabrositas, Las Carilindas, Las Únicas, Las Sureñas, Las Princelindas, Las Convencidas, Las Traicioneras del Amor, Las Vanidosas, entre muchas otras agrupaciones que han proliferado, principalmente en Cochabamba.
Según la Asociación Departamental de Músicos, en Cochabamba, aunque no sea la cuna del movimiento musical, existen más de 250 agrupaciones de huayño cumbia o cumbia zapateado. Le siguen Oruro, Potosí y La Paz, donde se estima que en cada uno hay un promedio de entre 10 a 15 conjuntos.
TALENTO DE
EXPORTACIÓN
El éxito que alcanzaron los grupos, formados principalmente por jóvenes -mujeres y varones- de entre 15 y 25 años, hoy les permite cobrar entre 500 a 800 dólares la actuación en locales bailables como Los Ex-Duraznitos, Las Primaveras, Los Molles, entre otros de Cochabamba.
“El precio sube un poquito más si vamos a actuar a otros departamentos”, indica Julián Rodríguez, director de Las Consentidas y Los Solitarios del Amor, una agrupación que ha comenzado a exportar su talento a la Argentina, Brasil, Chile y Perú.
Rodríguez precisa que cobra Bs 6 mil por actuación en el interior del país, mientras que, fuera de las fronteras, el recital llega a 1.500 dólares, “aparte de los viáticos, pasajes y hotel”.
Las Sabrositas y Los Coquetos del Huayño es otra de las agrupaciones que encontró en la interpretación del “huayño sabrosito” -un estilo propio creado por el director, compositor y tecladista del grupo, Beimar Aguilar- una fuente de ingresos y despliegue de creatividad.
En sus tres años de trayectoria, Las Sabrositas son las que más cobran y más contratos tienen no solo en la ciudad o las provincias de la Llajta, sino en otros departamentos y fuera del país.
Aguilar revela que el show de Las Sabrositas cuesta 3 mil dólares en el exterior, mientras que en el país éste puede llegar hasta los mil dólares, “todo depende del lugar”.
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