viernes, 2 de septiembre de 2016

LUZMILA CARPIO Y MATILDE CASAZOLA CORONARON LA INAUGURACIÓN El FIC empezó con todo y aún quedan 23 jornadas


FIC EN EL SICA SICA

Para resaltar la presencia del Festival Internacional de la Cultura en Sucre, la Dirección Municipal de Alumbrado Público instaló la sigla del FIC en luminarias visibles en el cerro Sica Sica.

El fulgor de una estrella rutilante se posó en el escenario del teatro Mariscal e hizo estremecer las fibras más sensibles del público chuquisaqueño congregado para apreciar el talento de la norte potosina Luzmila Carpio y la chuquisaqueña Matilde Casazola, que inauguraron anoche, el Festival Internacional de la Cultura 2016, encendiendo una atmósfera mágica en la ciudad con varias actuaciones artísticas paralelas en cinco escenarios instalados en la plaza 25 de Mayo. La fiesta se prolongará hasta el 24 de septiembre.

La dulce voz de Carpio se deslizó como el flujo de una quebrada cristalina de su tierra natal, la población de Qalaqala, donde según indica la leyenda, la “sirina” afina los instrumentos de los músicos en las noches de luna, un mito fantástico que sin embargo explica la gran capacidad tonal de la cantante potosina que reside desde hace 20 años en Francia y que ayer lució su impresionante capacidad vocal, vestida de axu. Entre saludos a la Pachamama, los apus y los achachilas con letras que mezclan el castellano, el quechua y tiernas onomatopeyas que simulan el cantar de los pájaros y a otros animalitos de la fauna boliviana. Cada interpretación fue acompañada de efusivos aplausos que la cantante agradeció con humildad y venias, siempre con una sonrisa delicada dibujada en el rostro e intervenciones para concientizar sobre el cuidado de la “Madre tierra”.

Acompañó a Luzmila, un sexteto de músicos eximios, con una sección de vientos andinos, donde sobresalió la peculiar sonoridad de la quena mollo, además de percusiones, bajo, guitarra y teclados que alternaron cadencias modales dóricas y frigias, que le permitieron a la diva, desplegarse con total soltura, en cada una de sus ejecuciones.

La maestra Casazola abrió el concierto interpretando un repertorio emblemático de su cancionero, como el huayño “La espina” y los bailecitos “Como un fueguito”y “El dueño” y, piezas con una estructura tonal definida que contrasta con el estilo etéreo de Carpio, salvo por el huayño “El cautiverio”, que interpretó a dúo con un charanguista, también nortepotosino, tierra que reserva una riqueza cultural prehispánica importante, que fue ampliamente estudiada por los etnohistoriadores Tristan Platt y Olivia Harris.

“Ambas empezamos más o menos en la misma época y estoy muy feliz de volvernos a encontrar en un escenario, porque ambas siempre hemos hecho algo, que es componer y crear pensando en Bolivia”, contó Casazola, que a sus 11 años ganó el concurso floral de la Capital, iniciando una prolífica carrera de poeta y cantautora.

CINCO ESCENARIOS EN LA PLAZA
Una hora después de la inauguración del FIC, la plaza 25 de Mayo se convirtió en un centro cultural urbano, albergando a por lo menos cinco escenarios.

Frente a la Catedral se instaló la chicheria de Antaño, con música de la bohemia chuquisaqueña, la danza del ballet municipal y la oferta gastronómica de ají de palomitas y “soltero”.

En el centro de la plaza, un imponente escenario albergó a grupos como la comunidad Nayjama y el Trío Antología Mestiza de Charcas, entre otros.
Mientras que en el frontis de la Casa de la Libertad el grupo de teatro Umbral interpretó una pequeña obra, al igual que el ballet de Danza Clásica de la Universidad San Francisco Xavier y la estudiantina Tarko.

Por otra parte, en la recta de la estatua a Monteagudo, se instaló una feria artesanal de la cultura Quila Quila, que también interpretó sus danzas típicas, como los t’anta Morenos.

Con una masiva convocatoria del público que se desplazó entre todos estos espacios, la plaza central se tornó en un espacio festivo que marcó el inicio del FIC, que sin embargo en su inauguración oficial, no contó con la participación ni del Alcalde ni del Gobernador, pero sí con la presencia del rector Eduardo Rivero, en el Mariscal. Los organizadores de la Alcaldía destacaron la jornada como exitosa.


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