No hay de qué sorprenderse ante esta respuesta del público, esta vez Soledad Pastorutti está cantando sobre un escenario de su natal Argentina, donde desde los 15 años consiguió ser profeta en su propia tierra.
Micrófono en mano, regala toda su energía en uno de los tantos festivales de los que acostumbra participar el año redondo.
Su imponente voz que emociona a la gente esta vez asoma al teléfono y saluda: “Hola, ¿qué tal?”, mientras se escucha perfectamente a su bebé balbuceando. La cantante y madre de familia se disculpa y explica que está dando pecho a su recién nacida.
Está lista para entablar un diálogo con la revista EXTRA, contando los días para su presentación en Santa Cruz.
Denominada por sus detractores como una roquera que canta folclore y censurada por revolear el poncho cuando la mayoría de los folcloristas argentinos permanecían inmóviles sobre el escenario, a la Sole no se le movió ni un solo pelo y no se bajoneó por las críticas. Eso sí, se le mueven todos cuando camina de aquí para allá, zapatea, baila e insta a su público: “La van a cantar o no la van a cantar? No veo que se muevan sus labios...”
Antes de cantar Que nadie sepa mi sufrir hace una breve introducción: “El autor de esta canción es una persona que nos ha hecho conocidos a los argentinos por el mundo a través de este tema que se grabó, no sé la cantidad de idiomas... nosotros hemos hecho una humilde versión...a ver cómo nos sale”.
Soledad estaba hablando del autor argentino Ángel Cabral cuyo tema ha sido cantado por Julio Jaramillo, Julio Iglesias, Charlie Zaa y otros, entre ellos esta argentina con cara de niña que creció y se convirtió en mujer a la par que cantaba en público.
Eso sí, su intimidad casi nunca ha sido pública, ella ha sabido mantenerse fuera del foco de atención de los programas de chismes y farándula.
Estudió en un colegio nocturno porque abandonó la secundaria ya que su carrera así se lo exigió y precisamente en el retorno a los libros encontró el amor, por lo que después de siete años de noviazgo se casó con Jeremías Audoglio y ahora es mamá de dos pequeñas cuya intimidad protege con uñas y dientes, tanto que existe un mandato judicial que impide que se tomen y publiquen fotografías e imágenes, de cualquier tipo, de ellas.
Ante la novedad de que Soledad Pastorutti estará nuevamente animando el Festival de Vinos y Quesos en Santa Cruz (del 17 al 20 de julio) es que nos propusimos entrevistarla y llegar a descubrir si, cuando el telón cae, la Sole está o no está sola como suele suceder en el negocio del espectáculo.
En la amena charla ella recordó sus visitas a Bolivia (más de ocho, según su cuenta) y el tiempo en que los Kjarkas la invitaron de gira por el país, época en que admiró los distintos paisajes que vio a través de la ventana del bus.
A continuación lo que descubrimos de esta folclorista de 32 años cuya familia entera vive del negocio artístico que gira en torno a ella.
Su aprecio por Bolivia ¿Qué recordás de tus visitas al país?
La calidez del público, lo bien que me han tratado y los diferentes paisajes que he tenido oportunidad de conocer. Pero más que nada recuerdo la posibilidad de compartir esa gira única con los Kjarkas, aunque hemos tenido otros encuentros.
Creo que ellos son uno de los mejores grupos de música folclórica en el mundo.
Uno de mis discos, A donde vayas, tiene un tema que se llama Mi sueño mejor que es de ellos y me ayudaron para que saliera bien, es un ritmo que nosotros no estamos acostumbrados a tocar y necesitábamos sí o sí que nos guiaran porque el tinku es un ritmo maravilloso, pero para nosotros era difícil.
¿Soledad viene sola al Festival de Vinos y Quesos?
Seguro voy con mi esposo, Jeremías, porque trabaja conmigo desde hace muchos años y mi hija, la chiquitita, porque depende mucho de mí. Con Antonia voy a ver, porque ahora está yendo al jardín (de infantes) y tiene sus actividades, así que tengo que pensar qué es lo mejor para ella y si lo mejor es que vaya, obviamente va. Trato de ser una mamá muy presente y de estar con ellas a pesar de mi trabajo.
Su vida personal
Acaba de nacer tu segunda hija, ¿cómo equilibrás tu rol de madre, esposa y artista?
Uy, no es fácil. Creo que uno siempre trata de sacar diez puntos en todos los roles, pero no se logra, la perfección no existe.
Las mujeres tenemos más peso en el sentido de que tenemos muchas más responsabilidades, queremos ser grandes profesionales, buenas madres, queremos hacerlo todo bien, sentirnos bien con nuestro cuerpo, con nuestra mente... La base está en tener una familia en la que exista el amor, un hogar donde reine la paz, así todo va fluyendo y una va haciendo las cosas casi sin pensarlas.
Para mí, saber que después vuelvo a casa y que me encuentro con mis hijas es lo más lindo.
Ya soy mamá por segunda vez, el 19 de febrero llegó Regina y a pesar de que hace dos meses que nació estamos de gira, de aquí para allá con toda la familia.
¿Cómo es trabajar al lado de tu esposo?
Primero que nada tenemos claro que esto -más allá de lo que pueda significar para la gente que lo ve de afuera y ve la parte linda cuando uno se sube al escenario- es un trabajo, nosotros vivimos de esto.
Jeremías es el mánayer de la banda y se encarga de todo. Yo tengo mi mánayer personal que se llama Gonzalo y después está Jeremías, que se ocupa de los músicos y los técnicos, de los horarios y de sus comidas, en realidad no coincidimos tanto en horarios porque yo me muevo diferente que los músicos pero viajamos juntos a todos lados y compartimos mucho.
¿Cuando se enamoraron ya estabas en el medio artístico?
Nos conocimos después de que explotó mi carrera musical y tuve que dejar la secundaria por las giras. Como la dejé con el consentimiento de mis padres y con la promesa de retomarla en algún momento, cuando pude volví e hice el secundario de manera nocturna como la hacen los adultos y ahí fue donde conocí a mi marido. Bueno, en realidad ya nos conocíamos, somos del mismo pueblo, que es muy chico, pero nunca me había fijado en él como alguien que podía ser mi pareja. Estuvimos de novios desde el 2000 hasta el 2007.
Pero no solo trabajás junto a tu esposo, también están tu papá y tu hermana...
Toda mi familia siempre trabajó conmigo, mi primer mánayer fue mi papá, que además era el chofer del vehículo en el que viajábamos, en ese momento éramos muchos menos y por supuesto, todavía no profesionalizaba.
Mi mamá siempre nos acompañó al igual que mi hermana, que también canta, ella va a ir a Bolivia conmigo para el Festival de Vinos y Quesos.
Después cada uno hizo su vida, pero seguimos con el mismo concepto de que todos nos tenemos que ayudar entre todos. Yo soy la cara visible, pero esto funciona porque son varios los que están detrás.
¿Por qué tu hermana, que también canta, se hizo a un lado y quedaste vos?
En la actualidad es mi invitada especial, en una parte de mis presentaciones, ingresa a cantar unas cuantas canciones conmigo. En realidad es así porque decidió ser otra cosa, porque podríamos hacer un dúo tranquilamente, pero prefiere dedicar su tiempo a estudiar. Natalia es abogada, siempre hace cualquier curso que sale, le gusta mucho leer e instruirse.
Además tenemos una productora en Buenos Aires, una empresa familiar con socios que maneja mi carrera y ella está muy pendiente de la empresa. Es como el gran puntal de la Sole, quizá es la que menos se ve, pero es la que más apuntala lo que se ve sobre el escenario.
¿Y tu papá?, ahora ya no se le ve tanto a tu lado...
Después de que profesionalizamos el equipo él está un poco más libre, pero sigue siendo un gran consejero, siempre está pendiente del repertorio. Obviamente es mi papá y sigue siendo una figura muy importante para mí, pero ya está un poco alejado de lo que es la parte artística y las giras. Me guía, no solo desde el lugar de padre, sino de la persona que me admira y quiere lo mejor de mí.
¿Cómo aprendiste a lidiar con la prensa después del ‘boom’ de la Sole?
No me considero muy mediática, yo creo que el artista decide hasta qué punto permitir ciertas cosas. Tampoco he tenido situaciones muy jugosas para los medios, más allá de lo que tiene que ver con mi trabajo no ha habido ocasiones en las que a la prensa le hubiera parecido interesante lo que pasaba. Siempre fui como que muy tranquila.
Desde que tengo 15 años que trabajo sin sobresaltos, de repente me casé, tengo dos nenas, más de eso no pasa.
Me gusta compartir la vida con la gente que quiero, también con mi público porque entiendo que los artistas populares tenemos que hacer participar a la gente, pero creo que hay un límite porque cuando abrís la puerta, después no la podés cerrar.
Debe haber un respeto mutuo entre la artista y los medios y creo que me he manejado muy bien, nunca me peleé con nadie, nunca nadie me faltó el respeto ni tampoco se lo falté a alguien. Eso es importante.
¿Seguís viviendo en Arequito? ¿Qué tiene este lugar que no lo has cambiado por otro en el mundo?
En este momento estoy acá, en mi casa; voy a Buenos Aires por cosas ocasionales. En Arequito está mi familia, yo me crie acá, hay mucha tranquilidad, creo que la calidad de vida de un pueblo no tiene comparación con las ciudades. Me encantan las ciudades, admiro también las posibilidades que nos brindan, pero aquí hay mucho más tiempo.
Yo tengo mi nena mayor que en las tardes se va a jugar con las primas y podemos ir al parque, hay menos inseguridad, es otra forma de vida. Por eso me gusta Arequito, aunque muchos me siguen preguntando dónde está y creen que es Arequipa, Perú.
Pese a que tus hijas son pequeñas ¿has pensado qué harías si ellas quieren convertirse en folcloristas como vos?
La más chiquitita pasó conmigo en la panza todo el proceso de La voz argentina, ese reality que ha sido muy exitoso en el mundo, así es que escuchó música desde los inicios y Antonia también porque estuvo de gira y le gusta la música, sabe poner el CD y canta.
Somos una familia de mucha música en casa y de disfrutar de cualquier género musical.
Antonia cumplirá tres años y no soy quién para decirle qué camino tomar. Sería un orgullo para mí que fueran artistas, pero si tienen las condiciones, no porque sean hijas mías van a ser famosas o les va a ir bien.
Creo que la música debe formar parte de la vida de todas las personas, independientemente si después viven de eso o no. La música es una gran compañía para todo lo que hagas en la vida, correr, cocinar, limpiar, lo que sea…
Escuchándote hablar parece que sos de las que canta incluso en la ducha ¿es así?
Por supuesto, todo el día canto, en la ducha es donde más me libero, debe ser uno de los momentos más especiales, a veces hasta compongo ahí, incluso se me ocurren ideas de cómo hacer un show, es un lugar que disfruto.
Carrera artística
¿Cuál fue el momento más difícil de tu carera?
Momentos difíciles siempre hay, he tenido incluso uno que otro juicio con algún músico, con mi ex padrino artístico… pero son cosas que no las tomo como grandes escollos porque siempre digo que lo que no mata fortalece.
Habiendo salud y ganas uno puede superar un montón de cosas. Nunca me puse en el ojo del escándalo y de los medios, siempre traté de ser bastante tranquila, lo que no quiere decir que toda la vida lo sea.
¿Los críticos de tu país dijeron que renovaste el folclore argentino y que lo acercaste a la juventud. Los que piensan diferente dijeron que no eras más que una roquera haciendo folclore,
¿Qué preferís pensar?
Hay algo de cierto en que el folclore se acercó a la juventud por mi forma de ser y de cantarlo.
No creo que se haya renovado porque lo que hice fue tomar canciones que ya se conocían y las hice a mi estilo. Creo que la renovación pasa por otros nombres como ‘Peteco’ Carabajal, Los Nocheros, ellos han sido los verdaderos renovadores del folclore, mientras que yo con mi manera de ser, de hablar y mi carisma he acercado a la gente a esta música.
En cuanto a que sea una roquera cantando folclore es cierto. La gente estaba acostumbrada a ver a los artistas de folclore inmóviles en el escenario y yo que soy muy inquieta, que me muevo de aquí para allá terminé revoleando el poncho.
Los argentinos por estos días deben estar en las nubes, tienen a Messi, un papa y hasta una reina... ¿estás orgullosa de estos personajes?
A veces no somos conscientes de que el planeta es grande y creemos que todo el mundo nos conoce y realmente no es así.
Ahora estamos ubicados en el mapa a partir de estos personajes de los cuales nos enorgullecemos siempre que nos dejen bien parados. No sé si es una cuestión de orgullo o de amor propio, pero creo que nos hemos sentido muy halagados en estos meses, no sé si cambian en algo las circunstancias, pero de que nos hemos sentido mejor, así ha sido
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