jueves, 27 de diciembre de 2018

ÁLVARO ÁLVAREZ SILVERA: La pasión de ser músico cargado de sentimiento

Al músico que aportó con su talento al folklore boliviano, al artista que brilló con luz propia, al esfuerzo, constancia y pasión, que fueron sus tres ingredientes fundamentales para consagrarse en el mundo de la música… a ÁLVARO ÁLVAREZ… hace unos días, le dijimos… Gracias!!!

Álvaro Álvarez, orureño nacido el 15 de noviembre de 1967, uno de los cinco fundadores de Llajtaymanta, el quinto hijo del matrimonio de Edgar Álvarez y Seferina Silvera.

Mientras todavía cursaba la secundaria en el Colegio Virgen del Mar, Benjamín Carvallo, con la idea inicial de fundar un grupo. Ese mismo año, 1983, se reúne con algunos compañeros de curso (Williams Farro, Gonzalo Escóbar, Walter Corico y Benjo Carvallo) etapa de aprendizaje, de lo que más tarde, en 1986, se convertiría en Llajtaymanta junto a Orlando, Henry, Benjo, William, Gonzalo y Alvaro, para después ingresar Ramiro a la salida de Gonzalo.

Álvaro tenía la característica de poseer su estilo personal y las ganas de comerse el mundo. Su presencia escénica y acordes penetrantes, música intimista, romántica, con historia y esencia de artista que marca la diferencia. Sus interpretaciones junto a Llajtaymanta fueron viajes musicales. Melodías que enmarcan su pasión desde el primero hasta el último acorde, como si fuera un recital privado, directo al corazón. Una invitación sugestiva a dar un paseo por la brillantez a ritmo de su guitarra y carisma que podían erizar los más profundos sentimientos.

Una canción que encierra un poema del amor inspirada en los 90 que nos habla de despedida, de promesas difíciles de cumplir, de olvido y de soledad, grabada en 1991 con Llajtaymanta y el 2015 por Proyecto L ha sido un tema que marca la música boliviana "Cárcel del Amor" "Con el alma enamorada, partiremos los dos, tú tendrás mi corazón en la cárcel del amor…"

Tenía el gusto por la música europea y facilidad con el idioma francés, del cual nació "Un par de bieras" cantado en español y traducido al francés "Et dire que je suis aujourd´hui, à l´autre bout du monde, loin de tes yeux de tes mains, mais prêt ton âme", resume el sentimiento que produce la distancia, la desesperada realidad de vivir al otro lado del planeta, la letanía de la noche y el día, la frustración que deja una llamada sin respuesta, y el consuelo efímero que brindan los bares cuando la noche bohemia se termina. Esa era la pasión de ser músico cargado de sentimiento.

Sin duda, Joaquín Sabina ha sido uno de sus autores favoritos, se envolvía en sus canciones y transmitía ese sentimiento a quienes lo escuchábamos, cantar "Y nos dieron las 10" se hacía el tema esencial en los momentos de bohemia que Álvaro nos invitaba a presenciar, degustaba el sabor de la cebada hecha "cerveza" gusto que era compartido por quienes lo conocían, es que era líder innato, de carácter fuerte y de retroalimentación constante, nunca dejó de aprender, nunca dejó de ser, siempre estaba un paso adelante.

Sin embargo, su gran proyecto musical y su primer amor fue Llajtaymanta, a quienes brindó 31 años de su vida en la dirección y arreglos, también fue director musical del proyecto musical Brisa, Llajtas por siempre, y músico de sesión de artistas nacionales e internacionales por la calidad interpretativa que tenía.

Sus compañeros y hermanos de Llajtaymanta a finales de octubre de este año, le dieron nuevamente la bienvenida simbólica al lugar que siempre fue suyo: "Hace poco volviste a nosotros, a tu familia Llajtaymanta, y por un instante pensamos que todo volvería a ser como antes, sin embargo, debemos aceptar la realidad y dejar que descanses en paz. Nuestro amor por la música nunca desaparecerá y en cada canción que interpretemos, tu recuerdo vivirá, por siempre y para siempre", fueron las palabras sentidas de Llajtaymanta.

Existen tantos detalles que escribirle al amigo, al artista, al músico, que líneas no bastan, imprimió el sello de bordoneo y estilo propio en la morenada, se escuchan sus acordes y se asocian a Llajtaymanta, a Oruro, al Carnaval… Es decir dejó huella… de risa particular, impaciente, de profundas charlas, sus amigos músicos lo recordamos con un sobrenombre particular "la viejita" porque reunía historia, sabiduría musical pero también la manera fácil de enojarse.

"Sin tapujos sin cosas a medias.... la intensidad de subir a un escenario y saber que esa era tu razón de ser en el mundo ..... así era el ...siempre jugó a doble o nada ... a veces gano y a veces perdió ..." dice Billy Blacutt, su amigo.

La escena musical boliviana, independiente se ha ido llenando poco a poco con artistas y grupos musicales, pero hoy el cielo recibe a un artista orureño, un artista que marcó la historia del firmamento folklórico. Nos sentimos halagados de poder hoy honrar la memoria del Maestro. Álvaro Álvarez Silvera Q.E.P.D. El artista de la semana.

Contacta a Vannia Miranda

Cel. 72479819

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