“Uno no nace sabiendo todos los detalles que hay que mejorar lo hace el artista, son los artistas los que te mejoran en la construcción del charango”, señala Cerrudo quien se dedica a la construcción de charangos hace 22 años.
El charango es típico del departamento de Potosí y se caracteriza por reproducir notas agudas, contituyéndose en uno de los aportes más importantes de Bolivia para el mundo de la música instrumental.
Proceso de construcción
La construcción del charango conlleva muchos cuidados desde la obtención de la madera en bruto. Durante dos años se entierra la madera que será utilizada como materia prima y posteriormente se la mantiene en reposo dos años más para que alcance un secado perfecto.
“El proyecto es muy largo, primeramente hay que secar la madera mojada que llega desde Aiquile o Santa Cruz (…) estamos hablando de un charango profesional que usa Kjarkas, Bonanza, Sabia Andina, Tupay y cualquier artista que sabe de charangos, del charango boliviano”, recalcó Cerrudo.
Después del secado de la madera en bruto, continúan los procesos de reformado y vaciado que consiste en darle la figura correcta a la madera y posteriormente vaciar su contenido dejando un grosor de cuatro milímetros en el contorno del molde.
Posteriormente, se procede a la implementación de la boca del instrumento y las costillas internas que no pueden ser más de tres para el correcto funcionamiento del instrumento.
El momento cúspide que determina la calidad del sonido del charango se trabaja en la escala. “Es la parte más importante del charango. La escala en cualquier parte, en cualquier temple siempre es elemental”, recalca Elvis Cerrudo a tiempo de recordar que existen 120 temples de los que sólo 35 son usados frecuentemente.
Finalmente, se trabajan las incrustaciones con marquetería, la técnica del pirograbado, las incrustaciones del nácar y los detalles del acabado final.
Tipos de charango
Entre los tipos de charango selectos más conocidos en el mercado se encuentran el “kimsa temple”, el “Hualaychito” y el “Pocoateño”.
El charango “Kimsa temple” se caracteriza por tener cuerdas acerillas y se tocan “k’alampeitos”, un tipo de música que conlleva mayor emoción para el zapateado.
El “Pocoateño” también tiene cuerdas de acerilla, sin embargo con él se pueden interpretar “k’alampeitos” además de punteos.
Por otra parte, el “Hualaycho” es un charango que lleva cuerdas de sintéticas, tiene diferente tipo de encordado y afinación y con él se puede tocar “k’alampeitos”, punteo y rasgueado.
Este año el luthier, Víctor Torrico sacó al mercado un nuevo tipo de instrumento llamado “Charango de cuatro brazos”. El instrumento artístico tiene cuatro brazos cada uno con una particularidad en cuanto a sonido y cada brazo representa a los países vecinos de Bolivia como Chile, Argentina, Brasil y Perú.
“Son 44 cuerdas, cada brazo tiene su modo de afinar (natural, diablo, kimsa temple y transporte), todo está diseñado para tocar cómodamente”, señaló Torrico a tiempo de indicar que el instrumento está valuado en 500 dólares.
Su valor en el mercado
Los precios de este instrumento se distinguen por categorías de calidad que pueden ser desde un charango de primera hasta uno de quinta.
El charango de quinta cuya producción puede darse en serie, no requiere del cuidado del almacenamente y secado de 4 años y está destinado para su venta en el mercado por mayor y menor alcanza un precio aproximado de 500 bolivianos.
Sin embargo, el de primera conlleva necesariamente los cuatro años de almacenamiento y secado, además de ser elaborado exclusivamente a mano, bordeando un precio de 3 mil dólares. “Llevan madera de primera como ébano, pino y la madera jacarandá que es la más recomendable para conciertos, además de tener trastes de plata”, explicó Cerrudo.
“Uniendo Bolivia y su charango”
El pasado 21 de noviembre, el lutier Elvis Cerrudo que se dedica a esta actividad desde sus siete años presentó “El charango Bolivia” que es una creación artística representada en un mapa de Bolivia y compuesta por charangos, un violín y una guitarra; cada uno con la forma de su departamento y en la parte de atrás contienen detalles de pirografeado sobre los trajes típicos de cada región.
“Ha sido muy difícil la idea. Hemos escuchado en declaraciones de muchos países que se estaban adueñando del charango diciendo que son los creadores del charango. De esta manera surge la idea de hacer el charango Bolivia, para decirles no solamente en palabras sino en hechos de que el charango es de Bolivia”, sostuvo Cerrudo.
Los instrumentos que en su unión forman el mapa de Bolivia fueron elaborados con 8 tipos de madera boliviana y su proceso de construcción duró alrededor de dos años.
Según Cerrudo cada instrumento representa la voz del departamento por lo que cada pieza tiene su propio temple característico en la región y está valuada en 4 mil dólares.
La pieza artística tiene imágenes del proceso de construcción del charango y también rescata algunos elementos característicos de la mujer andina y las tradiciones culturales culinarias.
“Este instrumento le dice a todos, a toda Bolivia que el charango es boliviano, defiendo lo nuestro, nuestra cultura nuestra tradición y nuestro charango, no importa donde sea la cuna, sea potosí, o Aiquile pro siempre vamos a decir que el charango es boliviano”, recalcó el Luthier, Elvis Cerrudo.
Surge una nueva iniciativa
Actualmente “Charangos Elvis Cerrudo” trabaja para incursionar en un nuevo proyecto. Se trata de la construcción de varios instrumentos que representen a los países latinoamericanos.
“El proyecto se llama América del Sur y estamos viendo que características y que instrumentos son tradicionales de los países. Tenemos que ver cada detalle, va a durar unos dos años o tres años”.
Según Cerrudo en ninguno de esos países se planteará la figura del charango excepto en Bolivia y se rescatará el instrumento típico de cada país.
El charango fue declarado “Patrimonio Cultural de Bolivia” por ser de origen nacional mediante la Ley Nº 3451 el 21 de julio del 2006. Se reconoce a Aiquile como la "Capital Nacional del Charango" por ser la localidad donde nació a la vida pública.
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