César Espada escribió el taquirari Niña camba en 1969, una canción que empezó a tocarla en guitarreadas de amigos y que con el tiempo se fue haciendo cada vez más popular y emblemática en Santa Cruz; pero Espada, orureño de nacimiento y residente en México desde los años 70, nunca supo el camino que fue tomando su composición ni lo que significaba para las personas. Por eso cuando escuchó cantarla a toda la gente reunida en el estadio Tahuichi en la clausura de los Juegos Bolivarianos de 1993 no pudo contener la emoción.
“Esa noche la interpretó el Coro Santa Cecilia y la gente los seguía. Después me presentaron al entonces presidente Jaime Paz Zamora, que quería conocerme”, recuerda Espada.
Versiones
Niña camba es la carta de amor de Espada a Santa Cruz. “Ahora ya tiene más de 500 versiones”, calcula el compositor boliviano, entre los artistas que la han interpretado están Los Cambitas, Guísela Santa Cruz, Alenir Echeverría, o los grupos folclóricos argentinos Los Nocheros y Los Tekis.
“Me gustan todas las versiones, porque todos los músicos han hecho su parte”, explica Espada. “Acá en Bolivia Los Cambitas fueron los que más difundieron Niña camba”.
La versión más exitosa actualmente es la del dúo AnnaLu & Shavez, que lleva más de 608.000 vistas en Youtube. “Sí, me gustan muchos los arreglos que hicieron”, dijo Espada.
Este dúo se encuentra actualmente de gira por Santa Cruz, y su interpretación se hizo famosa en 2015, cuando la lanzaron en las redes sociales, desde entonces, explicó el peruano Shavez a EL DEBER, es el tema más esperado de su repertorio en los recitales que ofrecen por Asia, Europa y América.
“Yo la escuché por primera vez a mis 12 años en un concierto de mi hermano y sus amigos, y aunque me dediqué a otros estilos musicales, esa canción siempre se me quedó”, comentó el músico, que una vez se la cantó a AnnaLu, su novia italiana, y le gustó tanto que decidieron grabarla y ofrecerla al público. “La letra nos identifica, con el tema del viaje, de estar de aquí para allá, la vida bohemia. Tiene esa nostalgia, esa fuerza y ese romanticismo que aborda todos los campos de la música que se pueda existir”, indicó Shavez.
Con Niña camba les fue tan bien que el dúo agregó otras piezas del folclore oriental a su repertorio, como Cunumicita, de Gilberto Rojas, y El carretero, de Nicolás Menacho.
Aquí y allá
Espada un día se estaba yendo a España a estudiar Música, hace más de 40 años. En el viaje hizo una escala en México, ese día alguien necesitaba un músico, él se ofreció y al final se quedó allí, donde siguió componiendo. Venía cada cierto tiempo a Bolivia, hasta que hace tres años, por la enfermedad de su madre, se quedó en Santa Cruz. Ahora viaja cada seis meses a México a ver a su familia. Dice que tiene más de 300 canciones registradas y muchas más sin registrar, a pesar de eso no se considera un buen compositor.
En 1996, Espada escribió una especie de continuación de este tema, titulado Camba cambinga, que, aunque se grabó hace dos años, está empezando a sonar nuevamente. “Es el misterio de las canciones, cada una sabe qué camino tomar”, finaliza el autor.
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