Esta aseveración responde a la actitud que tuvieron los técnicos de la competencia musical con nuestros compatriotas, ya que según Orellana, después de ser calificados con un 5,1 en su primera actuación (lunes), solicitaron que se corrijan los desperfectos en el sonido para su segunda participación (miércoles).
“Pedimos que se revise el audio, pero no hubo la voluntad para hacerlo. Queremos regresar a Bolivia lo antes posible. Ya informaremos en el país todos los detalles de lo que ocurrió”, aseguró el manayer.
La agrupación orureña recibió un 5,4 como puntaje dejándola fuera de la categoría folclórica. Orellana sostuvo que en el festival hay tres centrales de audio, una para la televisación, otra para las personas del anfiteatro y otra para los retornos.
“El jurado evaluó nuestro desempeño porque escuchó el audio del aforo que no tuvo una buena calidad, en Bolivia no pudieron percibir esto porque la señal de la televisión estaba correcto”, explicó.
Los músicos no menosprecian al Festival de Viña del Mar como vitrina a nivel artístico, pero revelaron al Diario Mayor que pensaron abandonar la competencia después de su primera presentación al calificar de “nefasta” la situación de los desperfectos técnicos.
Pero decidieron continuar porque hicieron un gran esfuerzo económico al llevar a 10 bailarines del ballet Los Caporales de San Simón. “Quisimos mostrar el folclore boliviano interpretado por danzarines nacionales con trajes elaborados por manos bolivianas”, dijo.
Otra de las molestias del grupo es que la organización fijó su retorno para el sábado, con escalas en Lima, Santa Cruz y La Paz. “A pesar de que hay tres vuelos directos a La Paz, con las horas de vuelo y de espera parece que estuviéramos viajando a China”, afirmó Orellana. Es por eso que se están movilizando para regresar lo antes posible al país por sus propios medios.
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