Algunas de las interpretaciones de los grupos lograron sacarle una sonrisa al público que se dio cita en el lugar desde las 14:00 horas. La picardía, el buen humor y la caracterización de los participantes fue tomada en cuenta en la calificación del jurado.
Los niños fueron los más aplaudidos. Su voz inconfundible mezclada con el dulce quechua y el zapateo, llamaron la atención de propios y extraños.
Entre el público había personas que reconocieron no entender el idioma pero resaltaron el buen uso de los instrumentos y el ritmo contagioso del acordeón, el charango, entre otros
El contrapunteo entre comparsas hizo alusión a la belleza de la mujer, la ropa de los participantes, la vida del Presidente y de otras autoridades.
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