sábado, 29 de marzo de 2014

EDDY NAVÍA MÚSICO Y COMPOSITOR POTOSINO

El charanguista potosino, Eddy Navía, dos veces nominado al Grammy Latino se encuentra en el país para ofrecer conciertos por seis ciudades. Al pisar un escenario nacional después de dos décadas, el talentoso músico habló acerca del reencuentro con su público, sus nuevos proyectos, su pasado rockero y su actual sentir.

¿Cuál es el sentimiento tras regresar a escenarios bolivianos después de 20 años?

Para cualquier artista que llega después de tanto tiempo a su país las emociones son casi indescriptibles y subir a un escenario y reencontrarme con el público es motivo de enorme emoción. Es encontrarme con mi gente, mis amigos, familia, con la que uno ha compartido tantas cosas.

¿Qué significó ser nominado dos veces al Grammy Latino?

Yo me sentí feliz de las nominaciones, no de forma individual, sino por el país, porque considero que Bolivia merecía estar presente en este tipo de eventos tan importantes para la música. Podía, sobre todo, marcar el hecho de que no fuera la primera vez y dar lugar a que otros artistas tengan la oportunidad de alcanzar eso, en un futuro cercano, porque el folclore boliviano es tan poderoso y muy respetado en el mundo. La academia Grammy no tiene hasta ahora la figura completa de lo que es el potencial de Bolivia.

Desde que produjo el disco con Chuchito Valdés, ¿tenía el propósito de aspirar a ese premio?

En realidad sí, habíamos conversado de que teníamos la posibilidad de que sea considerado, porque él está en un medio artístico del jazz latino donde es una figura reconocida, creo que eso también ayudó. Su nombre pesa bastante.

Hasta hoy, ¿qué es lo que le ha dejado la interpretación del charango?

Desde mi adolescencia, desde que empecé a interpretar el charango, se ha convertido en el compañero inseparable de mi vida. Donde voy siempre lo llevo conmigo. Me ayuda a despejar muchas dudas y sobre todo me da más creatividad para sacar nuevas cosas.

¿Producirá un tercer disco con Chuchito Valdés?

Vamos a producir con Chuchito otro disco, porque él está muy entusiasta, pero al mismo tiempo estoy trabajando con mi hijo en otro proyecto. Este año lo veremos, ya estamos en medio del trabajo.

¿Hasta cuándo se tendría el nuevo disco?

Tendríamos que terminarlo en unos tres o cuatro meses más. De todas maneras voy a ver qué material puedo llevar de acá, para algo que sea bien representativo de Bolivia.

Después de las reuniones con Gerardo Arias, ¿se busca una reunión de Savia Andina?

Yo estoy muy entusiasta, porque no es que se reúnan hombres, sino se reúnen amigos. Hemos sido compañeros de curso en colegio, tanto con Gerardo como con Óscar Castro y Alcides Mejía, que vive en Estados Unidos, él está abierto a cualquier proyecto donde nos podamos volver a reunir. Desde luego también tenemos a otro gran amigo que también fue parte del grupo, Julio César Paredes, que hasta ahora no he tenido la suerte de verlo, pero ojalá que si se llega a producir eso, todos los miembros originales podamos vernos.

¿Podría ser este año?

Este año no creo, es muy pronto y se necesita más trabajo. Creo que para hacer un trabajo a nivel nacional, por lo menos creo que se va a dar esa posibilidad el próximo año.

Usted tiene un pasado rockero...

Sí, efectivamente. En la época de colegio había mucha gente de talento y don Humberto Iporre Salinas propuso formar una orquesta grande de más de 100 integrantes. Yo no era tan inclinado a la música y dentro de esa orquesta estuvimos con Gerardo y Óscar, y ahí decidimos hacer nuestro grupo de rock: Los Rebeldes. Fue el primer grupo de rock en Potosí, porque allá ni siquiera habían escuchado las guitarras eléctricas. Tocábamos música instrumental, sobre todo de los Ventures. Yo tocaba la primera guitarra, Gerardo la segunda y Óscar la batería.

¿Qué recuerdos tiene de los discos que sacaron?

Hicimos disco, pero (el grupo) se volvió tan cotizado que animábamos todas las fiestas. Empezamos con los 15 años, después cumpleaños, matrimonios y fiestas sociales, porque era el único grupo hasta que apareció la competencia. Después se integró Carlos López, que es un gran valor, un gran cantante que fue integrante de Savia Nueva, con quien se animaron a cantar en inglés. Después con Gerardo presentamos un LP que tuvo mucha aceptación. Un lado tenía ese tipo de música y el otro era folclore.

¿Cuándo se dio el cambio del rock al folclore?

Dejamos las guitarras eléctricas cuando comenzamos la Universidad. Por motivos políticos, creo el 63, ésta se cerró. Estábamos estudiando Derecho los tres. Óscar se fue a Córdoba, Argentina. Hablamos con Gerardo para darle alcance a Óscar y llevamos tanto guitarras eléctricas e instrumentos folclóricos. En el camino fuimos practicando y nunca más volvimos a tocar guitarras eléctricas. Nos encariñamos con las cosas folclóricas y las apreciamos. Se reabrió la Universidad, volvimos. Empezamos el dúo con Gerardo, ganamos concursos, surgieron las grabaciones, las peñas folclóricas y ese fue el comienzo de nuestra carrera. Después de tres años, vino Savia Andina.

¿En que momento de su vida está? ¿Se siente satisfecho?

Me siento completamente satisfecho, Hice las cosas que me gustaban hacer, estoy muy contento. Lo que viene a partir de ahora ya es la yapa que el mundo le da a uno. Sobre todo estoy contento por la Peña Pachamama, en San Francisco, que es un lugar donde nos sentimos felices y donde todo el año es un festival mundial de folclore.

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