Desde su creación, el charango más grande del mundo que ostenta Villa Serrano, no pasó por ningún proceso de preservación. Desde ese municipio esperan que en 2019, el Estado se encargue de ello, al tratarse de un Patrimonio Cultural de Bolivia.
“Estamos preocupados porque desde que se ha entregado y desde que fue (declarado) patrimonio no se ha hecho un mantenimiento, y la preocupación es esa porque un instrumento hecho de madera puede tener sus peligros”, aseveró el responsable de Cultura y Turismo de Serrano, José Gutiérrez.
Según indicó, solicitaron al Gobierno implementar políticas de protección, conservación y salvaguarda de este record Guinness, pero no tuvieron respuesta; sin embargo, esperan que se consolide el próximo año, lo propio con la elaboración de un reglamento de la Ley que en 2006, lo declaró Patrimonio Cultural de Bolivia.
Gutiérrez dijo que cada año, al menos unos 6.000 turistas entre nacionales y extranjeros, llegan a conocer este instrumento construido en honor al Maestro Mauro Núñez, de más de seis metros de largo, uno de ancho, que pesa casi media tonelada y fue tallado en una sola pieza de un árbol de unos 250 años de edad.
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