“Mi padre siempre quiso que yo cantara, que tocara la guitarra desde pequeño, era un fanático y es así que mi padrino, Reynaldo Araoz, integrante de los Luceros del Alba iba a mi casa a cantar en los cumpleaños y yo escuchaba”, empezó a contar Mirko “Canario” Retamozo sobre cómo se inició en las artes del canto.
Afable y romántico, parco en sus palabras, nació un 15 de abril de 1980 en Tarija, soltero a los 35 años, egresado de la facultad de Derecho, actualmente realiza su proyecto de grado. Su padre Norberto Retamozo es Ingeniero Civil, mientras que su madre Liliana Díaz se dedica la peluquería. Tiene un hermano, Álvaro de 22 años.
Desde su infancia ya tenía inclinaciones melódicas, a la edad de siete años su padre lo inscribió a la Escuela de Música Regional “Pastor Acha” y coincidió con que su padrino le regalara una guitarra. Si bien sólo estuvo un año en este centro de enseñanza, culminado el colegio, retomó estos estudios y logró terminarlos. Eran los años finales de los 90’.
Sus estudios colegiales los realizó en el Instituto Bancario y su talento por el canto fue descubierto por su profesor de música, quien lo motivaba a seguir adelante con aquello. Sin embargo, tenía un problema que lo acompañaría gran parte de su juventud, era tímido, totalmente introvertido a tal punto que le impedía participar en actos sociales del colegio.
Timidez
“Era una persona que se ponía en el escenario y me empezaban a temblar las piernas, empezaba a transpirar, me temblaba todo”, recordó en la conversación que entabló con El País eN.
Si bien no participaba en las actuaciones de chico, lo acompañaba el sueño de estar en un escenario, aunque cantaba en las serenatas junto a sus amigos, en grupo, en lugares en los que se encontraba en confianza. Pero hacerlo de manera formal, no podía.
Decidió enfrentar el problema con la decisión de superarlo, tomó un curso de oratoria y, si bien al principio continuaban los conflictos, salió adelante. Poco a poco fue puliendo su estilo y, terminar la Escuela “Pastor Achá” fue un punto de partida para iniciar su carrera más a fondo.
Luego del bachillerato, quiso estudiar una carrera universitaria pero no le gustaba, no era lo suyo y siguió el camino que su vocación le empujaba. “Me decidí, era la banda o el infierno, es la música o es la música, matar o matar y me fue bien”, aseguró sonriente.
Terminado el programa para el aprendizaje de la guitarra elaborado por su profesor, Fernando Arduz, con 18 a 19 años, empezó a perfilarse como artista y firmó e integró un grupo, Los Arrieros. Paralelamente grabó un disco con la profesora Ovidia Vides.
Para ser parte de Los Arrieros fue “fichado” por profesor Rosendo Tamayo y empezó su seguidilla de aciertos, grabó un tema con “Leo Dan” Velasco, otro con Maritza Donaire, y se le dio la oportunidad de participar, con la Escuela Pastor Achá, en un homenaje a Nilo Soruco en Sucre y La Paz. En esta ciudad Omar Baldivieso, de los Canarios del Chaco quiso invitarlo al grupo.
Pero, aun no componía canciones, aunque tenía ese interés, no podía hallar ese mecanismo, no entendía la lógica de como era la composición, no le nacía. “Creo que el estudiar Derecho me ayudó bastante, entendí el sentido de las cosas y hubo un momento en que empezaron a salirme las canciones”, recordó.
Su primera canción fue una samba, allá por el 2008 a 2009 y el 2011 explotó su creatividad y elaboró unos 30 temas, todos románticos que reflejan una vida y sentimientos personales que, según su opinión, hacen más reales sus composiciones al retratarlas con palabras y melodías.
La presentación del segundo disco “Sueño”
El 27 de mayo, en el Día de la Madre, el Canario Retamozo presentó su segundo disco compacto denominado “Sueño” que contienen 12 temas de su autoría, los cuales están interpretados en distintos ritmos como cueca, tonada, huayño, polca, taquirari y chacarera.
En su naciente vida artística ha grabado discos con varios grupos musicales entre los que se destacan Los Arrieros, Los Canarios de Chaco, Los Peregrinos, Maritza Donaire, Enriqueta Ulloa y otros.
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