“Mi Chiquitín”, canción filmada en formato cortometraje, matiza dos realidades diferentes. La primera muestra el amor incondicional y esforzado de un padre de escasos recursos del área rural hacia su pequeño, luego de que la madre muriera al dar a luz.
En la segunda trama se manifiesta el maltrato al interior del seno familiar. Un padre descorazonado que maltrata tanto al niño como a la madre. Una casa en la que, a pesar de tener más estabilidad económica, la violencia es inminente.
“El trabajo que realiza Kollamarca marca la diferencia porque ellos investigan una problemática y la convierten en arte que, a su vez, se transforma en instrumento para visibilizar realidades y combatir los males que aquejan nuestra sociedad”, dijo Fernando Cajías, conocido historiador paceño.
Cajías apuntó que, a través de la historia de Bolivia, la violencia hacia la niñez no ha desaparecido. Pese al incremento de logros positivos, como mayores leyes y políticas de protección al menor, lo que debe aumentar es el castigo para quienes siguen descargando violencia en los niños porque se sienten impunes.
El video contó con la participación de varios pequeños actores. Ayar Manuel, de 10 años, nos cuenta su experiencia: “…con amor todo es posible, yo hice el video muy alegre… es mejor el niño que su papá lo quiere, en mi casa mi mamá y mi papá son muy buenos y no pelean”.
Este musical investigativo pretende, en su primera etapa, ser socializado a través de los medios de comunicación para después convertirse en una herramienta de afronte para las instituciones, defensorias y otros centros que trabajan en contra la violencia y el maltrato infantil e intrafamiliar.
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