Allá, a comienzo de los años 70, cuando el mundo apenas empezaba a utilizar el término de folk rock, estos señores ya mezclaban el sonido de las guitarras eléctricas con el de las zampoñas, quenas y charangos. Llevan 46 años honrando la bolivianidad en los géneros universales, siempre con un concepto claro, reivindicar los orígenes ancestrales de Bolivia.
Y a pesar de que el 2010 visitaron China y Japón o que en 2015 actuaron en Alemania, España, Bélgica y Austria, llevan 28 años sin pisar suelo cruceño. Es por eso que los conciertos que ofrecerán el viernes y sábado, a las 21:00, en Meraki tienen un rótulo de históricos. El director de Wara, Carlos Daza, afirmó a Sociales&Escenas que los shows se dividirán en dos partes, en la primera harán un repaso por la discografía del grupo y en la segunda interpretarán Kimsaqallqu, que significa ocho en aimara. “Serán más de dos horas de música”, explicó el guitarrista.
Rumbos
En su historia, la agrupación ha sufrido distintos cambios en su formación, y su actual nómina incluye a tres jóvenes veinteañeros: Adalid Cotjiri (voz), Omar Antonio León (batería) y Kicho Jiménez (zampoña). “La voz del actual vocalista es muy parecida a la de Nataniel Gonzales, nuestro cantante fundador, tiene una tesitura muy alta”, aseguró Daza.
Por su parte, Jiménez anticipó que la agrupación estrenará en Santa Cruz dos canciones que incluirán en su próximo disco. “Ya estamos trabajando en la composición”, dijo.
Como voz autorizada para referirse sobre el rock boliviano, le pedimos a Daza una evaluación de la actualidad del género. “El panorama ha cambiado bastante desde cuando nosotros empezamos, hoy hay cualquier cantidad de grupos, en parte porque hay jóvenes que estudiaron música en conservatorios y tienen mucho más elementos musicales que puede desarrollar. Sin embargo, falta una identificación del rock nacional. Sería bueno que tengan un estilo especial, tanto en las letras como en la música, por ejemplo, nosotros teníamos poemas que reivindicaban distintas causas bolivianas”, sostuvo el músico.
Y es que Wara, que significa estrella en aimara, siempre tuvo claro qué es lo que quería representar en la escena artística. Lo boliviano en el rock. Es por eso que desde un comienzo usó vestimenta que eran de telas nacionales e introdujeron los instrumentos nativos a los ritmos contemporáneos. “Tenemos claro que no somos un grupo comercial, porque respetamos nuestra propuesta, la de un rock sinfónico, con destellos de música criolla, ejecutada con pulcritud”, añadió Daza.
Es bueno comprobar que después de tanto tiempo la estrella sigue resplandeciente, con la misma mística.
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