Él inicio su travesía musical a la corta edad de 10 años, gracias a una maestra que tenía en la localidad de Pazña, donde cursó la primaria, de la que se acuerda con mucho cariño como la profesora María Elena, de quien dice que le hizo una "jugadita", engañándole para que cante en un festival que se realiza en este poblado, diciéndole que tenía malas notas y se aplazaría si no cantaba, pese a que era el mejor alumno del curso.
Es ahí cuando descubrió su talento vocal, apoyado por su mamá que era también profesora en Pazña, Diana Jaqueline Bricher, decidió cambiar su residencia a la ciudad de Oruro y se inscribió en la unidad educativa " Mario Flores", donde conoció a sus amigos de la música y empezó a soñar con grandes cosas y gracias a su profesor Abel, iniciando como "Pequeñas almas" y resultó que eran muy buenos.
Después vino "Sin límites", una etapa de su vida que recuerda con mucha añoranza, porque conoció el mundo que acogería como profesión.
Pero al iniciar muy temprano, reconoció que se volvió soberbio, se "elevaron sus humos", como él describe, y fue una afección en su garganta a sus 12 años que le hizo pisar nuevamente la tierra, le apareció un punto de pus en el lado derecho por el cambio de voz, que le obligó a dejar la música en la parte vocal. Fue entonces su papá, Miguel Ángel Berríos, un connotado músico orureño, quien no le dejó renunciar a su sueño, viendo el amor que tenía por la música.
Uno a uno, le obligó a aprender todos los instrumentos que se utilizan en el acervo folklórico boliviano, después de poco tiempo dominó todos ellos, su papá le realizó una pregunta clave para su futuro: ¿Ahora qué instrumento te gusta?, Gary eligió la quena y su mamá le obsequió una quena negra con el logotipo del grupo Los Kjarkas, que es la única que toca en estos casi 15 años de trayectoria artística, demostrando que la herramienta no hace al artista.
A partir de ello su único objetivo fue especializarse en los instrumentos de viento, un músico autodidacta que fue aprendiendo a tocar flautas, trompetas, saxofón, zampoña, todos los instrumentos de viento que podía conseguir y los que no conseguía los inventaba.
Ya a sus 13 años empezó una nueva travesía, comenzando con el grupo Arraigo, para luego integrar Arumara, Yara, hasta llegar a fundar el grupo Doble Vía, donde explotó su talento hasta hace poco. Actualmente, busca un nuevo horizonte de manera individual, siempre fiel a su pasión que son los instrumentos de viento.
INSTRUMENTOS
La pasión que tiene por los instrumentos de viento, lo llevaron a querer conocer sino todos los instrumentos de viento de todo el planeta, una gran mayoría adaptaciones de material en desuso, es decir reciclaba tubos de plástico, codos de plomería y hasta un preservativo para crear por ejemplo una gaita, que si bien para algunos artistas lo aprecian de manera morbosa, para Gary es expandirse como artista.
Orgulloso muestra varios instrumentos fabricados con tubos PVC (policloruro de vinilo), que le dieron el sonido del tradicional instrumento australiano, el didyeridú, y suena como tal, por la maestría que demuestra al ejecutar el mismo, el talentoso Gary.
Sus invenciones no quedan ahí, porque un día escuchó un instrumento diferente a los demás, se trataba de un duduk armenio, empezó a buscar en todas las casas de venta de instrumentos del país, desafortunadamente no pudo encontrar uno, pero Gary no quedo ahí, agarró uno de los juguetes de su hija, específicamente un palo de golf de juguete y los transformó en un duduk casero.
FUTURO
Actualmente ha colaborado a varios artistas de manera silenciosa, puesto que cuando estaba integrando el grupo Doble Vía, lamentablemente el estrés le atacó y tuvo que ingresar a fisioterapia por la paralización de algunos músculos de su cuerpo, pero ahora, totalmente recuperado, solo piensa en seguir luchando por su música y su hermosa hija Diana Ashley, que ahora es su incentivo para seguir superándose.
Al recabar tanto conocimiento, con el transcurso de los años Gary tiene el objetivo de transmitir el mismo, pero al ser autodidacta varias puertas se le cerraron, por ello, con el apoyo de toda su familia y esperando que el tiempo pase lo más rápido posible, decidió inscribirse a la Universidad Mayor de San Simón y optar por la licenciatura de música.
Es un nuevo reto que Gary asume, para seguir expandiéndose como artista y sobre todo, poder transmitir o contagiar esa pasión que tiene por la música.
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