]Marcos Puña es reconocido como uno de los guitarristas más influyentes de Bolivia, gracias a su exitosa carrera y formación internacional. Actualmente, está de gira presentando su nuevo material “Aires Indios & Europeos”, donde interpreta a Eduardo Caba, Federico Chopin y Enrique Granados.
Luego de concretar una cita para un entrevista con la revista Así, el interprete llega puntual al lugar pactado. Vestido de manera informal, polera y jeans, lejos de aquella indumentaria formal empleada para brindar sus conciertos; pero, siempre con la guitarra a cuestas.
En realidad aquello no es extraño, ya que ahora ese instrumento musical, que llegó como regalo, se convirtió en casi una extensión física de su cuerpo.
La manera en cómo acomoda su guitarra para empezar con la entrevista y se cerciora de que nada podría pasarle, habla mucho de la relación tan especial que logró construir con ella. Es que como afirma el artista, es “su primer amor y su pasión”.
Así: ¿Cuál es la diferencia entre ambos conceptos?, ¿Alguno es más importante que el otro?
MP: A ver...(piensa) creo que ambas van en el mismo nivel y se requieren una a la otra; porque sin pasión el amor no florece ni crece. Por lo general, el sentimiento llamado amor es duradero; en cambio, la pasión puede llegar a esfumarse. Creo que ambos se necesitan para avivar la llama y mantener el interés, como en todo en la vida.
Así: ¿Cree que la música lo ha transformado de alguna manera? MP: SMP: Sí, tal vez me ha vuelto algo obsesivo... pero no es malo, porque es una característica de algunas personas, que en una buena proporción es saludable, en mi caso para perfeccionar; pero ya de manera desproporcionada se convertiría en un martirio. Aunque confieso que si soy obsesivo con la expresividad.
Así: Así: ¿Cuánto tiempo practica la guitarra?
MP: Muchas horas, depende si tengo alguna presentación. A veces son unas cuantas horas diarias, mientras otras veces va más allá de lo necesario.
Así: ¿Se siente culpable de ser a veces obsesivo?
MP: No es así. Es que la música requiere expresar sentimientos y yo no me siento bien cuando no logro los resultados que busco. Cuando esto no sucede parece que el intérprete no se involucró lo suficiente con esa obra y que no logró una comunión espiritual con la partitura como para poder conservarla y expresarla. Un buen artista siempre tiene en la mente un buen prospecto y tiene que soñar con ejecutarla; pero a veces lo difícil es tener el nivel instrumental como para que el instrumento suene como yo lo deseo.
Así: ¿Cuánto tiempo le tomó llegar a ese nivel de ejecución?
MP: Muchos años de evolución, hasta casi tener un dominio de todos volúmenes de los colores y factores expresivos del instrumento. Esto es un proceso, que se logra con técnica, nivel de formación y práctica de años, cuando todo eso se fusiona es un placer inigualable.
Así: ¿En esta ocasión podemos decir que el disco tiene características particulares?
MP: MP: Sí. Este año presento un trabajo “más mío”, porque me involucré en todo el proceso de grabación. Tuve la suerte de comprar un estudio de grabación pequeño, pero con características ideales para la guitarra y recibí clases de un experto para que yo mismo pueda trabajar en mi disco y así lo hice. Me tomó cerca de un año y eso que empecé apenas había presentado mi anterior disco; pero estoy conforme con el producto final.
Así: ¿Cuánto tiempo le tomó grabar y editar el producto final?
MP: Muchas horas, en realidad, llegué a estar en el estudio cerca de 10 horas diarias, si no es más.
Así: ¿Y cómo manejó su obsesión por la perfección?
MP: Mejor porque estaba un poco más libre y pude experimentar con las mezclas. Porque antes estaba presionado y tenía que hacerlo rápido. A veces ejecutábamos, pero en el fondo sentía que se podía cambiar o mejorar; en cambio ahora, pude tomarme más de tiempo y así llegar casi a la perfección que quiero y deseo alcanzar en cada uno de mis proyectos musicales.
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