La historia señala que hubo dos formas, el arpa angular originaria de Egipto y el arpa arqueada o combada del África. En una época remota algunas tenían veintidós cuerdas, y posteriormente, durante el año 600, se hizo varias tentativas para su perfeccionamiento en su mecanismo. Después de un largo proceso en sus lugares de origen como en Europa y muy especialmente en Irlanda, Alemania y Italia, se fue perfeccionando, tanto en su caja de resonancia, las cuerdas y en su mecanismo.
En 1710, el luthier Hochbrücker de Donauwörth, inventó un mecanismo a pedal que permitía cambiar las tonalidades y acordes, en el año 1808, Sebastián Erard consiguió en el arpa otra estilización, llegando así a la culminación de su perfeccionamiento, universalizándose como arpa clásica con pedales
El arpa llegó a América con los españoles, que se asentaron en distintas regiones del continente, una de las cuales sería con el tiempo la República del Paraguay, poblada por los indios Carios, quienes recibieron amistosamente a los conquistadores. Recuerdan las crónicas que, entre los que acompañaron a Sebastián Caboto en su viaje al Río de la Plata, en el año 1526, arribó un tañedor de arpa de nombre Martín Niño.
Al producirse el mestizaje se amalgamaron dos razas y dos culturas y surgió de esta fusión una estirpe nueva, la paraguaya. Paraguay es un país bilingüe, en la actualidad se habla el castellano por obligación y el guaraní por una placentera necesidad. El idioma de los Carios, minado de hispanismos, ha dejado de ser castizo; hoy se escribe algunas poesías en guaraní puro, pero el pueblo habla un guaraní hispanizado, sin perder su esencia telúrica americana.
La “paraguayización” de este antiguo instrumento fue lenta.
Los instrumentos de cuerda tomaron carta de ciudadanía en México, Perú, Venezuela, Chile y Argentina, al arpa se la utiliza principalmente para acompañamientos y no como solista.
EL ARPA PARAGUAYA. Fue en la tierra guaraní que el arpa impresionó al mestizo mediante las enseñanzas recibidas en las misiones jesuíticas y franciscanas. Simple en su construcción en manos de los indígenas, el arpa clásica comenzó a sufrir trasformaciones. El arpa paraguaya nació de la fusión de las civilizaciones de España y la indígena.
La evolución del arpa clásica no afectó a la paraguaya, y un ejemplo es la no adaptación de los pedales y clavijeros, mecánicos que facultaban a la clásica para modular en diversas tonalidades.
Aunque resulta con ciertas posibilidades abreviadas, al no poseer la escala cromática originada por esos cambios, se beneficia en la sonoridad, claridad y consistencia. Sus cultores, a pesar de su afinación diatónica, realizan su aprendizaje de manera oral de generación en generación, y utilizan las uñas en lugar de las yemas de los dedos (como se ejecuta en la clásica).
El arpa paraguaya tuvo una rápida evolución, se recuerda que a principios de 1900 eran construidas con maderas comunes, de 28 o 32 cuerdas. Al principio eran de tripas de animales, pero luego se reemplazaron por las de nylon.
En uno de los lados de la cabecera estaba el espacio para las cuerdas, y con el tiem-po se lo tapó y las cuerdas quedaron en el medio, al igual que las clavijas que se ajustan para afinar el instrumento.
Fue Félix Pérez Cardozo, considerado uno de los más grandes ejecutantes y compositores del arpa paraguaya, el que le agregó cuatro notas bajas más al instrumento (es decir, cuerdas), de las 32 que tenía para ejecutar el “Pájaro campana”.
El arpa paraguaya tiene normalmente 36 cuerdas, pero también se agregaron hasta 43 cuerdas con 7 notas agudas más.
Varias son las diferencias entre el arpa clásica y la paraguaya, y cada una tiene una característica especial. El arpa clásica cuen-ta con 47 cuerdas y su mástil es de hierro. Pesa más o menos 30 kilogramos y es más grande que cualquier otro tipo de arpa. El arpa paraguaya es más liviana, pesa entre 5 a 8 kilos, tiene 36 cuerdas y es totalmente de madera.
En el año 1997, se decretó el 9 de junio como el Día del Arpa Paraguaya, en conme-moración al aniversario de fallecimiento de Félix Pérez Cardozo, músico que quedó en la historia del arpa paraguaya por los cam-bios que introdujo en la construcción del instrumento, y por haber compuesto temas que forman parte del repertorio popular como “Llegada”, “Tren lechero”, “Ángela Ro-sa”, “El sueño de Angelita”, “Mi despedida” y “María Elsa” entre otros.
El arpa tuvo intérpretes brillantes antes de Félix Pérez Cardozo, como José del Rosario Diarte, Conché Ramírez, Tani Bordón y Pe-dro Rojas. Tiempo después surgieron Luis Bordón, Papi Galán, César Cataldo y mu-chos más.
Dentro del repertorio más significativo de la música paraguaya dedicado al arpa están temas como “Pájaro Campana”, “Pajaro Chogüí”, “Galopera”, “India” y otros.
El público al ver en un escenario un arpa, no concibe la finalización de la actuación del arpista sin la ejecución de estas obras.
En octubre de 2012 lograron reunir 420 arpas con el denominativo “Suena Para-guay” para registrar en el Record World Guinnes, una maravillosa presentación, don-de interpretaron varios temas tradicionales del folklore paraguayo.
El arpa y la música en ritmos de guara-níes, polkas y galoperas trascendió las fron-teras, escuchándose por doquier este mara-villoso instrumento que tomó carta de ciuda- danía en Paraguay, se toca allí el arpa como se toca en Bolivia el charango. El arpa Allí no es “india” ni criolla es arpa paraguaya.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, el arpa también se interpreta en varios países, como en Uruguay donde se destaca Aníbal Sampayo; en Chile los Hermanos Silva, el dúo Rey Silva, en la Argentina Ri-cardo González, Amadeo Monges, en Bolivia Tito Yupanqui y otros, todos ellos entusias-tas cultores del arpa paraguaya y su clásico repertorio de las polcas.
“Pájaro Chogüí” fue compuesto por Gui-llermo Breer (24/07/1913 - 11/10/1987), conocido por su sobrenombre “Indio Pita-guá”. Al principio, el nombre del autor de la polca estuvo en el misterio, hasta que la hermana de Guillermo Breer, Hilda, aclaró el detalle, aduciendo que su hermano la com-puso cuando ella tenía 14 años. Este tema, el “Pájaro Chogüi”, fue inmortalizado por varios cantantes como: Néstor Zavarce, Juan Vicente Torrealba, Luis Alberto del Paraná, Los Tres Soles del Paraguay, Julio Iglesias, Dúo Mangoré y tantos instrumen-tistas y cantantes.
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