Atanasio Frey Chuvé es uno de los veteranos músicos del cabildo indígena misional-chiquitano en San Ignacio de Velasco. El 7 de octubre cumple 82 años, nacido en la capital provincial en 1934, siente orgullo al tocar su flauta de caña hueca, en las festividades religiosas y otras manifestaciones culturales que el cabildo mantiene intactas en 268 años de existencia.
“Hace 62 años que soy músico, toco el bombo, la caja, flauta y pífano. Tocamos música religiosa, marchas del cabildo y chobenas en la fiesta de la Virgen de la Candelaria el 2 de febrero, y bailamos la danza de las banderitas que anuncian el Carnaval, y participamos de los actos de la Semana Santa y la fiesta del pueblo el 31 de julio, organizados por la Iglesia”, comenta este personaje.
Maestro
De niño miraba a mi difunto padre que tocaba su flauta en fiestas, mirando y escuchando aprendí a soplar y manejar los instrumentos porque no hay un libro, un texto con pentagrama o solfeo como ahora. En nuestras épocas no había maestros de música como ahora, aprendimos por curiosidad, con práctica y con el oído escuchando a los abuelos, dice el músico chiquitano.
Frey toca desde los 20 años y por el trabajo en la siringa o gomales migró con su padre a El Remanso (Beni), donde integró al cabildo que cultiva las mismas tradiciones de San Ignacio. Se casó con Rosa Chamo (fallecida) de cuyo matrimonio tuvieron siete hijos, cinco hombres y dos mujeres. “Nadie ha seguido mis pasos, pues emprendieron otras actividades”, dice don Atanasio. “Los jóvenes de hoy se avergüenzan y no quieren seguir nuestras costumbres y tradiciones. Yo no sé qué va a pasar cuando nos muramos, si el cabildo vivirá o se muere, porque no hay jóvenes detrás de nosotros” agrega preocupado don Atanasio que, al tener problemas con su cédula de identidad, no puede cobrar el bono dignidad y se gana la vida pelando papas en una pollería. “Nosotros no ganamos un sueldo, nos colabora la Alcaldía y personas de buen corazón cuando trabajamos para las procesiones y la fiesta del pueblo”, apuntó.
Longevos
Junto a Juan Macoñó, Jesús e Ignacio Olivarez hacen el cuarteto de longevos flauteros con más de 60 años en la organización ancestral más antigua de la capital velasquina.
Cultura viva, son las ricas manifestaciones folclóricas y culturales que atraen a propios y extraños, del cabildo indígena de San Ignacio y que a lo largo de 268 años las mantiene intactas
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