Con ritmos característicos del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y colaborados en la danza por el Ballet del Instituto Auza Arnez, hicieron vibrar a los habitantes del punto fronterizo a un ritmo singular.
Diablada, morenada, tinkus, caporales, cullaguada y otros ritmos fueron la característica de un grupo que imprimió la fuerza del folklor boliviano a la fiesta deportiva de alcance internacional.
Mientras cantaban, los integrantes de la agrupación se dieron la tarea de gritar a voz viva la llegada de los competidores y dar la bienvenida a tierras bolivianas, ofreciendo un gran espectáculo a la gente que estuvo de visita por este evento deportivo, que por segundo año consecutivo ingresa al corazón de Sudamérica.
Las personas a tiempo de dar la bienvenida a los corredores, también aprovecharon en disfrutar un poquito de la amplia diversidad de la música boliviana, en el Rally Dakar 2015.
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