lunes, 10 de junio de 2013

El ajayu de Zeballos diluye las fronteras




Eusebio Zeballos libró muchas batallas en Argentina, donde vive hace 40 años. Sembró cultura y cosechó un reconocimiento social con el que empujó una acción solidaria en Merlo, una ciudad ubicada a 50 kilómetros al oeste del Gran Buenos Aires, donde se puede escuchar el rasgueado de su charango.

Cuando atendió el llamado telefónico de La Razón, Zeballos evaluaba los resultados del Festival Danza y Música de América Morena, una iniciativa que en mayo cumplió 18 años. “Hacemos este evento dos veces al año con música y danzas bolivianas; no se cobra, pero se le pide al público que colabore con alimentos no perecederos”, explicó.

La acción solidaria que lidera el músico beneficia a la colectividad boliviana y a los propios argentinos de escasos recursos. Zeballos también se declaró emocionado porque el Concejo de Merlo había bautizado con el nombre de Virgen de Copacabana a una de las calles principales del distrito municipal.

“Estamos ganando una gran batalla, porque nosotros demostramos nuestra cultura y generamos integración”, aseguró. Además de su charango, a Zeballos se lo puede oír en la frecuencia modulada de Ciudad de Merlo (91.1) y radio Parque (90.1). “También tenemos un semanario que se llama Ima, que en quechua quiere decir Que, y está dirigido a la colectividad boliviana. Divulgamos nuestra cultura, pero también ayudamos con asesorías, sin costo, sobre asuntos migratorios”, remarcó el artista.

Pero no siempre ha sido fácil. Zeballos, a lo largo de su radicatoria en suelo argentino, enfrentó la tara de la discriminación y la falta de información sobre la riqueza musical que posee Bolivia. “Cuando vine por primera vez, al charango le decían la ‘guitarrita chiquita’ y a nosotros, que tocamos este instrumento tan querido, eso nos molestaba”, comentó y luego recordó que la vestimenta de las danzas del país solían ser calificadas de “disfraces”. “No son disfraces, cada vestimenta transmite una cultura viva”, dijo. 

El charanguista, quien durante ocho años acompañó al Coro Kennedy de Argentina, colaboró con varios artistas de talla internacional. “Tuve la suerte de tocar con mucha gente, pero con el que estuve más tiempo y de gira fue con Alejandro Lerner (2007-2008). Al margen de estos grandes artistas, formamos un grupo llamado Jacha con amigos bolivianos que radican en Argentina”.

Migrantes. Las autoridades nacionales y los organismos de derechos humanos calculan que existen cerca de 3 millones de bolivianos que viven en Argentina. El proceso migratorio, con altibajos, se produjo desde la década de los años 60 del siglo pasado.

“En Merlo es muy difícil calcular cuántos bolivianos residen actualmente, pero sí se puede ver que las tradiciones, las danzas de nuestro país son cada vez más frecuentes; hay personas que van hasta Bolivia a traer los trajes”, aseveró Zeballos. Además se declaró sorprendido por la gran cantidad de fraternidades de morenada que ya pasean por las calles argentinas.

Una ruta marcada por los sonidos andinos

Eusebio Zeballos nació en Cochabamba en 1961. Ganó el Concurso de Juntas Vecinales de Cochabamba en 1970. En 1973 formó el dúo Vidalita y obtuvo el premio nacional en el Festival Fabril de Oruro. A fines de ese año migró a la Argentina. En 1990 logró el tercer premio como solista del charango en Tandil, Buenos Aires. En 1996 fue finalista del Festival de Cosquín con el grupo Rumiyan. Participó del CD El día después, junto con el Coro de la Universidad Kennedy. Participó, como músico, en películas, entre ellas La Traque e Imaginando Argentina (con Antonio Banderas). Grabó videoclips con Luciano Pereyra, León Gieco, Los Cafres y Alejandro Lerner.

Charango, un arma de integración

El trabajo que hizo Eusebio Zeballos en la Argentina se puede apreciar en los videoclips Mira hacia tu alrededor, de Alejandro Lerner, en el que también participó León Gieco; Y así así, con Luciano Pereyra; Si el amor se cae, de Los Cafres. Estos trabajos están disponibles en la red a través de YouTube.

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