domingo, 15 de mayo de 2016

Edson Ontiveros/// Esta noche se realiza la última presentación del XI Encuentro Latinoamericano de Danza Folclórica Infantil.

Hace 11 años, Cochabamba es la sede oficial del festival de danza folclórica infantil “Eulogia Molinedo Surita”, un evento internacional que tiene por objetivo integrar las diferentes culturas latinoamericanas.

Este año participan Perú, Chile, Paraguay y Bolivia. Esta noche sus delegaciones se presentarán, a las 19:30, en el Teatro Achá.

Los artífices de esta actividad cultural son Edson Ontiveros Mollinedo y Patricia Peralta Ramírez, quienes año tras año trabajan inquebrantablemente para cumplir este anhelo.

Hace varios años, estos profesionales de la danza crearon la academia “Estudio de Danza y Arte Boliviano”, después de identificar algunas falencias en este campo. Asimismo, se comprometieron a trabajar en favor de la difusión de la cultura nacional.

“Nosotros queríamos afianzar este proyecto porque responde a la necesidad de generar unión, respeto y apoyo a la danza folclórica en los niños en Latinoamérica”, asegura Edson Ontiveros, situación que es más difícil, debido a la creación de academias que enseñan otro tipo de ritmos latinos.

Una de las características que enaltece este encuentro latinoamericano es la promoción y el acercamiento entre países vecinos. “Nosotros no buscamos competir entre elencos, porque eso genera rivalidad y nosotros buscamos que los niños se conozcan

y compartan su identidad cultural”, afirma el coreógrafo cochabambino.

Puesto que, según Ontiveros, “la danza no es simplemente un movimiento corporal, sino que está relacio- nada con la música, el vestuario, la investigación de lo que representa y está en el contexto de cada región”.

“Los niños no solo son

el futuro sino también son el presente de una sociedad y este tipo de actividades los lleva a sentirse parte de su entorno; se llenan de un espíritu de civismo, que los lleva a generar cambios de conducta en favor de su país frente a otras culturas latinoamericanas”, explica.

“En el caso de nuestra delegación, se nota en el rostro de los niños la emoción que los embarga cuando ven la bandera boliviana a lado de otras; ellos saben que al bailar están representando a su país”, enfatiza.

Además de la confraternización en el escenario, los niños bolivianos reciben en sus casas, por un lapso de cinco días, a un niño de otra delegación, para compartir un poco más.

Para finalizar, Edson Ontiveros señala que este tiempo de confraternización les brinda a los niños la posibilidad de conocer más acerca de la cultura de otro país y, a la vez, recuperar la identidad nacional que los distingue.

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