viernes, 11 de octubre de 2013

El Elay Puej mantiene latente nuestra identidad

El único festival de danzas folclóricas de Santa Cruz que tiene íntegramente un carácter regional es el Elay Puej. Un rasgo que llena de orgullo a Héctor Molina, su impulsor desde hace 23 años y que según asegura, se mantendrá firme en esa lógica. “Nuestra identidad es lo único que nos queda. Otros festivales exhiben bailes altiplánicos con el pretexto de la integración nacional y le quitan protagonismo a lo nuestro”, argumenta el investigador.

El Elay Puej nació para investigar, incentivar y promocionar la danza del oriente boliviano, producto de las actividades del Proyecto Cultural Paitití. Y eso es lo que veremos hoy, desde las 19:45, en la explanada entre las dos torres del Parque Urbano cuando 10 grupos ejecuten 12 coreografías en taquiraris, chobenas, saraos, tobas, carnaval vallegrandino, entre otros ritmos tradicionales.

Nueva onda
La principal novedad del festival será el cuadro de apertura, interpretado por el grupo Kerembas, que bailará con la música de dos carnavales con los arreglos de la Orquesta Municipal de
Santa Cruz y que terminará con la canción Tierra de colores, de Animal de Ciudad. “Será épico”, anticipa Molina “porque finaliza con la declamación de un fragmento del poema Canto del hombre de la selva, de Raúl Otero Reiche, hecha por Ronaldo Vaca Pereira (vocalista de Animal de Ciudad)”.

El profesor insiste en que una danza folclórica debe tener un mensaje intrínseco para que eleve el baile a otro nivel en un sentido delirante. “Si vence la prueba, los demás grupos tomarán el espectáculo como referencia y ya no solo representarán a la viudita, al duende, sino también a la Santa Cruz del siglo XXI”.

1, 2, 3, 4…
Alrededor de 40 personas ultimaban hasta ayer el armado de las tarimas que fueron instaladas a lo largo del recorrido, por donde más de 1.000 danzarines lucirán hoy sus vestuarios y coreografías.

La organización estima que el espectáculo no sobrepase los 90 minutos de duración y aclara que dispuso de 300 entradas (Bs 20) que fueron repartidas entre los grupos participantes, para que con el dinero de la recaudación solventen los gastos de logística y vestimenta.

El festival cuenta con el respaldo económico del Gobierno Municipal de Santa Cru de la Sierra, que desembolsa el 70% de su financiamiento, una inversión que con los años ha reforzado el apego de los adolescentes a la danza folclórica, ya que siete festivales se desprenden del Elay Puej.

Las agrupaciones participantes recibirán sin excepción un reconocimiento, pues no se trata de un concurso, sino de una exposición. “Hace siete años eliminé las competencias para evitar situaciones incómodas”, aclara Molina.

Un patrimonio cultural
El nombre completo del evento es Festival Folclórico Juvenil de Danzas Regionales Elay Puej, y se constituye en un bastión de la preservación de las manifestaciones culturales del pueblo cruceño.

Las nuevas generaciones son convocadas para bailar y conversar sobre identidad. Además, de esta manera se sumergen en la historia de la región y conocen la música, las danzas y vestimentas de las tierras grigotanas. Una misión noble en tiempos de transculturalización.
El profesor Molina lo dice claramente: “Los pueblos que olvidan su pasado relegan su identidad y pasan desapercibidos en el tiempo y el espacio”. Es por eso que el Elay Puej resulta ‘cruceñismo’ puesto en práctica

MARCANDO EL PASO

LA TECNOLOGÍA ES ALIADA
Una pantalla digital mostrará información del grupo participante, anunciará el tema del que trata la danza y marcará los minutos programados para su desfile.

LA SELECCIÓN
Los 10 grupos fueron seleccionados por Molina en dos eventos preclasificatorios realizados en marzo y mayo.

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