domingo, 7 de abril de 2013

Llajtaymanta, un sueño en el escenario

Se abre el telón, los aplausos se hacen evidentes a la sola presencia de los artistas que en una mezcla mágica entre instrumentos y voces se unen al unísono para dar inicio a uno de los conciertos del año, más esperados por los bolivianos residentes en los Estados Unidos.

"Qué daría por verte, hoy por tu plaza pasear. Arriba de aquel faro, con mi niñez soñar", primera estrofa de la canción "Oruro te quiero más" que se escucha en el escenario, en medio de la algarabía de los asistentes que incrédulos observan a sus compatriotas en el teatro "Ricardo Montalbán" de Hollywood en la ciudad de Los Ángeles.

Y la interpretación de la canción continuaba: "Cómo poder decir que te olvidé, cómo poder matar este mi amor, cómo poder decir te quiero más, Oruro te quiero más...".

En ese momento, los recuerdos se apoderaron de la mente de Benjamín Carvallo mientras tocaba el charango. Retrotraía varios episodios de su juventud, pero más cuando el grupo se formó para marcar historia en la música nacional.

Fue aquel 7 de abril de 1986, cuando junto a otros amigos emprendedores del Colegio Virgen del Mar, Henry y Álvaro Álvarez fundaron "Llajtaymanta", después de realizar su primer viaje a la localidad de Challapata, a invitación del hermano de Benjo, Javier Carvallo, quien prestaba sus servicios en el Regimiento Ranger y quien también enseñó al pequeño a tocar el charango.

Asimismo recordó a su amigo Moisés Soto, quien bautizó al grupo de música como "Llajtaymanta" cuyo significado es "De mi pueblo" o "De mi tierra".

Pero, no solo eran los tres amigos, sino que invitaron a otros más para dar seriedad al proyecto musical, entre ellos, Gonzalo Escóbar, Walter Corico, Orlando Andia, Ramiro Flores y con el tiempo Aldo Cabrera, Fernando Crespo, Gonzalo Guzmán, Daniel Aguilar y otros.

Pero la mente de Benjamín no quedó fijada solo en la fundación, sino que fue un poco antes, 1984, cuando tocaban canciones de grupos conocidos como Savia Andina, Kjarkas, Amanecer y cuando debutaron por primera vez en el programa de Radio Bolivia "Espectáculos de Gala", conducido por el periodista, Pedro Rubín de Celis.

Definitivamente fue un gran recuerdo en milésimas de segundo, mientras seguía la canción: "Las manos al bolsillo, vamos a caminar por la calle Bolívar, 6 de Octubre a buscar amistad. Algunos que se encuentran, no importa el motivo, iban a festejar... un negro apurado siempre hay, que quiere guitarrear…"

La conexión de ese momento mágico, fue seguida por el encargado de los vientos, Henry Álvarez, quien con instrumento en mano fijó su atención a un costado del escenario y observó a uno de los asistentes que en manos tenía un disco compacto de ellos.

Ese hecho originó que llegue a su mente cómo grabaron su primer disco, que desde un primer momento pensaron que debería tener canciones propias del grupo y sin pedir mucho nació el primer disco "Kasori" dedicada a la hermana de Orlando, Karina Soria Ríos.

Henry recordó las dificultades que atravesaron en el camino para lograr la atención de una casa discográfica como Discolandia, que al inicio les cerró las puertas tras llevar el "demo" que fue grabado en Radio Bolivia, para ese entonces, Orlando Andia era el representante del grupo, quien pasó situaciones desagradables, como la vez que fue echado de la empresa "Heriba", por el simple hecho de no tener mayoría de edad, luego de haber logrado la aceptación para que el proyecto sea grabado en dicha entidad discográfica. Esperó cumplir un año más para consolidar ese objetivo.

Los primeros integrantes en conseguir el sueño fueron: Henry Álvarez, Benjamín Carvallo, Orlando Andia, Ramiro Flores y Álvaro Álvarez. El sexto integrante pasó por varias personas, como Williams Farro, Fernando Crespo y Gonzalo Guzmán. Pero no fueron los únicos debutantes en la esfera musical, sino también el técnico de grabación de "Heriba", quien hacía sus primeras armas, grabando a un grupo. Les salió "un ojo de la cara" económicamente, pero lo hicieron.

Luego vino el peregrinaje por los medios de comunicación y pagaron el derecho de piso para lograr la atención de la ciudadanía.

Henry seguía tocando la quena cuando, pensó en el segundo disco "No más…" que resultó más fácil su elaboración y cuyo éxito fue "Era una flor". Luego nació el tercer trabajo "Un canto para todos" del que destacó la grimbia "Amar y perder" y sin que haya pasado mucho tiempo, presentaron el cuarto disco: "Alma enamorada" cuyo sencillo "Cárcel de amor" fue todo un suceso.

A la par rememoró los conciertos que hicieron, el primero en el Teatro Gran Rex de Oruro, pero también las actuaciones que presentaron por ejemplo en el restaurante "Los Escudos" y cuyo pago fue apenas 30 bolivianos, que divididos entre los integrantes del grupo, no les alcanzaba ni para un plato de comida.

Pero en ese momento lo económico no era lo más importante, sino que su música se conozca en todos los puntos cardinales.

Luego de tanta paciencia, el sacrificio dio sus frutos y comenzaron los viajes al interior del país y presentaciones en festivales nacionales.

Llajtaymanta había roto los esquemas de los grupos tradicionales y fue más evidente en 1988 cuando tocaron en La Paz por primera vez, todos los grupos antes utilizaban ponchos, pero el grupo lo hizo de una manera muy distinta y marcaron la diferencia.

La Paz fue la vitrina para salir más allá, asistieron al "Festifron" realizado en Yacuiba, también estuvieron en el festival del "Lapacho" y el premio mayor era el "Lapacho blanco", conseguido en tres oportunidades. Visitaron además Tarija, Cochabamba, Sucre, Potosí, Santa Cruz, Pando y Beni. Pero faltaba mucho camino por recorrer.

Tras esa remembranza, Henry despertó de su visión y se puso nuevamente a tono de la canción que seguía: "Aquellos mis hermanos, que saben saludar...

no olvidan nunca el arte, tampoco enamorar. Quirquincho, Raíz Ancestro, Amanecer...Andino será. La juventud te canta así, defiende a tu ciudad…".

"Oruro te quiero más" era matizada con la melodía que salía de los bongoes, interpretados por Orlando Andia y quien al ver el cuero del instrumento evocó el momento que se convirtió en vocalista del grupo en 1995, después de la salida del vocalista Fernando Crespo. Con el tiempo llevó la batuta y se convirtió en el padre de todos.

Al estar en ese escenario hollywoodense, Orlando viajó en el imaginario, cuando salieron por primera vez del país, después de hacer enormes sacrificios económicos para conquistar Europa y luego los "States".

Fue el artista orureño, Fernando Jiménez, quien cuando se enteró que iban a viajar les dijo: "Vayan a vacunarse". Además motivados por ver el retorno de varios grupos bolivianos, que lo hacían con un "look" cambiado, cabello largo, audífonos en los oídos, aretes y otros. Decían que les había ido tan bien que ganaban miles de dólares, esos rumores, se hicieron contagiosos e hicieron salir a Llajtaymanta, para trabajar y vivir de la música.

Sin embargo, el paisaje no había sido tan bonito como les pintaron, ya que ese primer viaje estuvo a punto de "matar" al grupo como tal, se pusieron de manifiesto las experiencias amargas y más cuando en su mente estaba lo económico, porque tuvieron que prestarse mucho dinero para viajar.

La madurez primó, sopesaron ese momento complicado y retornaron más renovados, con ganas de convertirse en uno de los mejores grupos de música.

Del retorno nace el disco "De mi tierra", del cual sobresale "Fabiola" y para su décimo aniversario el álbum "10 años de música", cuyas canciones como "Mama Panchita", "Maran wasa Imillita", "Oruro te quiero más" y otros serían el pasaje a la fama definitiva.

"Nada nos separará" un nuevo trabajo mostró la madurez del grupo, planteado por los cinco integrantes de manera contundente. Fue un disco decisivo para continuar con la cosecha de éxitos con una selección de morenadas que se convirtieron en verdaderos himnos, durante las fiestas sociales, el Carnaval de Oruro y todo acontecimiento donde se escuchaba a Llajtaymanta.

Orlando fijó nuevamente su atención al escenario y escuchaba la voz de Ramiro mientras llevaba el ritmo en los bongoes: "Reuniones en la radio, serenatas a dar... son muchos entusiastas y pocos al cantar, y ya de madrugada quién no fue un rostro a saborear, con llajwa muy picante que te hace reaccionar…"

Al pronunciar esa estrofa, los ojos de Ramiro Flores encargado de la percusión, se llenaron de emoción y en su rostro se dibujó una sonrisa al recordar las anécdotas que pasaron como grupo, una de ellas cuando estuvieron en Bélgica, su amiga Patricia Peters quien gestionó una presentación los llevó hasta el teatro, sin embargo, no había nada, ya que según las personas del lugar, dicha actividad se desarrolló un día antes. También rememoró uno de los momentos más inolvidables cuando el Senado Nacional de Bolivia, los condecoró con la Bandera de Oro, que fue la recompensa a los años de trayectoria del grupo y a la unidad que demostraron a lo largo, en ese entonces, de los 23 años de existencia.

Asimismo, recordó la primera vez que llegaron a los Estados Unidos y actuaron en Virginia a invitación de la Fundación Sociocultural Boliviana a cargo de Nelly Zapata y cuyos recursos fueron para beneficiar a un hogar de niños. Ahora volvían nuevamente, esta vez en una gira por varias ciudades, comenzando el recorrido en Virginia el 16 de marzo. El sábado 23 de marzo estuvieron en la embajada boliviana en Washington y luego cantaron en Nueva York la noche de esa misma fecha. El 29 de marzo participaron en Los Ángeles – Hollywood y el sábado reciente se presentaron en San Francisco. El viernes 5 estuvieron una vez más en Nueva York. Su aniversario 27 lo festejarán hoy en Virginia, para luego actuar en Chicago y Miami, nuevamente estarán en Virginia para cerrar su gira y retornar al país el 28 de este mes.

Ramiro no quiso desconcentrarse y siguió cantando: "Se escucha muy suavito, instrumento sonar y una linda morena, que anuncia el carnaval…Cómo poder decir que te olvidé, cómo poder matar este mi amor, cómo poder decir te quiero más, Oruro te quiero más...".

El círculo de los recuerdos sería cerrado por Álvaro Álvarez, quien es dueño de las cuerdas junto a su fiel compañera, la guitarra. Acorde tras acorde, miraba a sus compañeros Benjo, Ramiro y a su hermano Henry, para valorar el talento que tienen en la composición de las canciones, que son aportes para el grupo.

Pero Álvaro también es artífice de esas creaciones y tiene un "plus" con el arreglo de las canciones, para que cada una tenga su propia característica. En ese ínterin recordó también a un gran amigo y quien se preocupó en aportar con sus inspiraciones, José "Jach’a Flores (+) además de otros autores, como Gerardo Yáñez, César Espada, Alberto Aguilar, el "Negro" Zabala, Wálter Vásquez, Juan "Tinti" Apaza quien le dio el sello de "Sin llorar", y exintegrantes del grupo como Williams Farro y Gonzalo Guzmán.

Álvaro plagó su mente de recuerdos en cuestión de segundos, principalmente, cómo se hicieron los primeros videos clip con la empresa Ayni Récords, como es el caso de "El Chiru-Chiru" ó el éxito que tuvieron con "Ese lunarcito" hit que se grabó en la Plaza 10 de Febrero un Domingo de Ramos, hasta llegar a uno de los más profesionales con el "Singani boliviano" dirigido por Ángel Araníbar.

Álvaro, muy entusiasta, despertó del momento mágico para unir su voz a la de sus compañeros: "Laralaralala, lalalala, laralaralala, lalalala, laralaralala, lalalala, Oruro te quiero más…".

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